Las empresas que elaboran alimento balanceado proveen de un insumo clave sin el cual la producción de carne sería casi imposible, o al menos no sería como la conocemos actualmente, además de que el volumen de oferta se vería seriamente comprometido.
Aunque muchos no tengan presente lo importante de su rol, las firmas de ese sector, el de la nutrición animal, abastecen a feedlots, productores de pollos, de cerdos, tambos e incluso a las familias con el alimento para mascotas,
En CAENA, la cámara que las representa, hay “150 empresas asociadas que representan el 85% del mercado de lo que es la nutrición animal”, contó su gerente, Francisco Schang, a Bichos de Campo.
A partir de los granos básicos, la nutrición animal demanda internamente unas 25 millones de toneladas de alimento, pero además sus empresas exportan 1 millón de toneladas de balanceados a 35 países.
Y esto que hasta ahora se realizaba con mecanismos bastante aceitados, podría verse obstaculizado en la nueva gestión nacional. Por el dinero que ingresa de ese volumen exportado, estas empresas deberían tener que comenzar a pagar derechos de exportación más altos, al quedar dentro del listado de producciones que verían esa alícuota aumentada. Así, la intención oficial sería llevarlos del 4.5% actual al 15%.
La noticia cayó como balde de agua fría tanto en este sector productivo, que se había ilusionado con una mayor libertad de comercio y no esperaba en la gestión de Javier Milei nuevas limitaciones a las exportaciones o una quita de competitividad que las podría dejar fuera de los mercados.
En definitiva, de no dar marcha atrás con la redacción actual del proyecto, advierten en CAENA que se les quitarán la posibilidad de comerciar con clientes de otros países.
“Ese millón de toneladas se exporta a más de 35 países con una retención de 4,5%, y con la nueva ley pasaría a pagar el 15%. Estamos viendo cómo trabajar porque nos dejaría fuera de los mercados, cuando además se trata de un producto que agrega mucho valor”, consideró Schang.
Por su parte Maia Iacomini, la nueva presidenta de CAENA, agregó a Bichos de Campo que “por eso en la Cámara estamos gestionando con diversas secretarías el tema, trasladando los intereses de nuestros socios para que revean este porcentaje de retención que cae sobre el sector nuestro, porque realmente perdemos competitividad”.
“Tenemos que tratar de que por lo menos revean y poder disminuir la alícuota para poder hacer lo que todos queremos: ir al mundo y mostrar el valor que tenemos. Podemos ser muy competitivos, hay mucho valor en Argentina y en nuestra industria, y podemos traer las divisas que nuestro país necesita”, consideró la empresaria.
Según datos de la entidad que dirige Iacomini, en 2022 las exportaciones de balanceados generaron 200 millones de dólares, que en 2023 bajaron a 160 millones por todas las dificultades políticas y económicas que acontecieron, y que limitaron el acceso a los mercados mundiales y la liquidación de divisas.
“Esa baja te demuestra cómo no tener políticas claras hace que las exportaciones caigan. Eso pasó en otros sectores, pero en este, que es de nicho, se nota mucho más porque los vaivenes de complicaciones impositivas y técnicas de todo tipo, hacen que los mercados se pierdan”, afirmó Iacomini.
La titular de CAENA dejó en claro que el aumento de retenciones no tiene sentido en función de las cuentas del Estado Nacional: “La recaudación por retenciones es prácticamente ínfima para los números nacionales mientras que para nosotros significa quedar afuera de los mercados”.
Si las retenciones siguieran en 4,5%, el ingreso al fisco sería de 9 millones de dólares. De elevarse finalmente al 15%, ese número sería de 30 millones.
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Pero hay otros peligros que también atentan a esta industria, pues afectan el resultado económico de estas empresas y el negocio exportador.
Según señaló Schang, los funcionarios de Milei “nos manifiestan que la suba del tipo de cambio compensa el incremento de retenciones, pero no se contempla que veníamos con un dólar más alto que el oficial”. Esto era así porque se liquidaba 50% al valor del Banco Nación y 50% en el contado con liquidación, medida que tomó el ex ministro de Economía Sergio Massa.
“Cuando uno hace las cuentas, las retenciones aumentan 10 puntos y eso impacta en la rentabilidad, que cae entre 15% y 20%. No se pueden hacer negocios a pérdida por mucho tiempo. Por eso creo vamos a exportar por menos de 160 millones de dólares este año”, lamentó el gerente de CAENA.
Estas empresas tienen otro problema que arrastran del gobierno anterior y que tiene que ver con la cancelación de importaciones de las vitaminas y minerales, que no se producen localmente y que por lo tanto están obligadas a importar, en un contexto de restricción al acceso de divisas. Eso generó deudas con los proveedores que se deben cancelar.
Iacomini explicó: “Las empresas importadoras nos vimos obligadas a contraer deudas con los proveedores, deudas que por una alianza estratégica de confianza y comercial de años los proveedores han soportado hasta cierto punto. Hubo muchos insumos que faltaron en la industria pero la esperanza está puesta en que todo se vaya reacomodando”.
Para que la cuestión se reacomode, el nuevo gobierno decidió entregarles un bono que deben canjear en el mercado para hacerse de dinero, pero como su cobro implica un riesgo se paga con un descuento que todavía no se sabe de cuánto será.
La iniciativa oficial implica ahora otro manotazo en el bolsillo que complicaría más las cosas, y que los obligaría a recurrir a otras fuentes para hacerse de dólares en forma legal y cancelar esos compromisos.
Esto supone más obstáculos porque la mercadería fue comprada con un determinado valor del dólar, con ese valor fue comercializada en el mercado local, y ahora para cancelar la deuda deben poner el triple en pesos.
Shang explicó: “Hay mucha incertidumbre con el bono BOPREAR. Más de que ya se abrió el sistema para poder consolidar la deuda. Todavía no se conoce si van a estar cotizando a 40% o a 20% menos, y eso hace que muchos tengan que ir al contado con liquidación para hacerse de dólares y pagar”.
Y a continuación agregó: “Tenemos 55 millones de dólares de deuda con proveedores del exterior. Con el bono nos estarían pagando un porcentaje de eso. Por eso las empresas no están optando por adquirirlo, ya que su cotización sería más baja que la nominal y no se sabe bien cuánto más bajará”.
Esa quita implica otro manotazo más, que sería el tercero seguido. El primero lo dio el gobierno anterior cuando le complicó el acceso a dólares y les generó la deuda, el segundo lo daría este gobierno que pretende incrementar las retenciones, y eso implicaría pagar por una cantidad que significaría casi la mitad de su deuda, y encima para solucionar el tema les dan un bono que nadie sabe cuánto vale.
Hagan magia señores, si quieren sobrevivir. Lamentablemente el coctel financiero que enfrentan por las políticas intervencionistas de los sucesivos gobiernos es mucho más complejo que la formulación de un balanceado.