Existe una creencia, bastante generalizada, que indica que las materias primas básicas (commodities) son un buen “refugio” para proteger el capital cuando se presentan escenarios inflacionarios como los que estamos atravesando en la actualidad.
A partir de esa premisa, los investigadores argentinos Ivo Sarjanovic y Alan G. Futerman estudiaron la cuestión para llegar a la conclusión de que los commodities en general funcionan como cobertura contra la inflación solamente en el corto plazo.
Los resultados de la investigación, contenidas en el libro “Commodities as an Asset Class. Essays on Inflation, the Paradox of Gold and the Impact of Crypto”, publicado en el Reino Unido por la editorial Palgrave Macmillan, fueron presentados esta semana durante un evento realizado en la sede porteña de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
Allí Sarjanovic y Futerman explicaron que el índice de commodities CRB, elaborado por Thomson Reuters e integrado por contratos futuros de materias primas energéticas, minerales y agroindustriales, muestra, en términos reales (ajustado por la inflación minorista de EE.UU.), una tendencia decreciente luego del “pico” registrado en 2008. Es decir: no sirve como instrumento pasivo si el propósito del inversor es protegerse de la inflación.
Pero eso no implica que el CBR, entre otros posibles índices de materias primas, no pueda usarse como instrumento de protección contra la inflación de manera activa, tal como quedó en evidencia entre 2020 y el primer tramo de 2022, cuando el CRB subió de manera considerable para anticiparse al impacto de la súper emisión monetaria instrumentada en las principales naciones del mundo como respuesta al encerramiento global realizado en el marco de la pandemia de Covid-19.
Sin embargo, una vez cumplido ese “mandato” inicial, los valores de los commodities, en función de variables económicas, monetarias, financieras y geopolíticas –entre otras–, además de las particularidades presentes en la dinámica de cada mercado de materias primas, evolucionaron siguiendo dinámicas propias que poco tienen que ver con una estrategia de cobertura contra la depreciación de las principales monedas a nivel internacional.
Por otra parte, señalaron los investigadores, los mercados de commodities suelen tener volatilidades tan grandes que lucen poco recomendables para ser empleados como instrumentos de cobertura inflacionaria.
Incluso el oro, que desde siempre se consideró como la cobertura natural contra la depreciación monetaria, en los últimos tiempos mostró cotizaciones que no cumplieron ni por lejos con tales expectativas. En ese sentido, los investigadores consideran que el auge de los criptoactivos contribuyó a mermar la capacidad del oro como ancla inflacionaria tradicional.
Un aspecto importante es que EE.UU. modificó en la década del ’80 del siglo pasado la metodología de cálculo del índice de inflación minorista. Y que, si la antigua metodología siguiese vigente, el impacto inflacionario reciente sería mucho más considerable, lo que generaría, como contrapartida, una utilidad mucho menor a los contratos futuros de commodities como instrumentos de cobertura cambiaria.
Por lo tanto, el “timing” de entrada y salida es clave en commodities, como en cualquier tipo de inversión, lo que implica que no es adecuada la idea de usar a las materias primas como cobertura inflacionaria en cualquier momento y ocasión.
En resumen: solamente es aconsejable tomar posición en commodities cuando existe una buena razón fundamental para hacerlo más allá de lo que suceda con la inflación.