“Decretos para que llueva todavía no podemos hacer”, se excusó en un tramo de la reunión que los dirigentes de la Mesa de Enlace mantuvieron este viernes con el gobierno el secretario de Producción, José Ignacio de Mendiguren. La desafortunada frase lanzada por el industrial sonó para el traste frente a tanta gente desesperada por un poco de lluvia. Pero por fortuna en varias provincias comenzaba a llover sin que mediara ningún decreto. Ahora todos sabemos que los gobiernos no sirven para eso.
¿Y para qué sirven frente a tanta sequía? Mientras llovía en muchas de las zonas rurales castigadas por la sequía extrema, donde muchos lotes agrícolas podrían mejorar pero será difícil que reviertan los daños acumulados hasta el momento, y que se calculan en no menos de 10 mil millones de dólares, el ministro Sergio Massa prometió a los presidentes de la Federación Agraria, CRA, la Sociedad Rural (SRA) y Coninagro que el 1 de febrero próximo el gobierno anunciará una serie de medidas paliativas para socorrer a los productores.
“Queremos tomarnos no más de cinco días de trabajo juntos para después establecer una respuesta. El 1 de febrero tenemos que estar dando respuesta, zona por zona, actividad por actividad, lo que le queremos es agradecerles, sentarnos a la mesa, hablar francamente. Hay cosas que vamos a poder resolver y otras que no, pero tenemos que hacer un esfuerzo compartido”, dijo Massa en un salón contiguo al Jardín Botánico que el INTA tiene en la localidad bonaerense de Castelar, frente a la atenta mirada de los dirigentes rurales que, un rato antes, habían presentado un petitorio bastante “lavado”, porque no incluye los temas más controversiales por los que suele reclamar el sector, comenzando por las retenciones.
La sensación que quedó flotando en el aire es que muchas de estas medidas reclamadas por los ruralistas frente a la emergencia que viven sus representados ya estaban convenidas con el gobierno, ya que se trata de cosas menores y posibles -sin demasiado costo fiscal ni carga ideológica- dentro de la tensa agenda de negociaciones que suelen tener el campo y el gobierno. Quizás haya sido una buena lección la que nos dejó esta sequía: no haya mucho margen para el “circo” y entonces ruralistas y funcionarios trataron de quitar los tonos exaltados y los temas ásperos del medio (salvo el inoportuno De Mendiguren, quien siempre da la nota).
Massa parecía tener claro todo de antemano, cuando dijo que “son una declaración altisonante no resolvemos los problemas de los productores; los resolvemos con la lapicera en la mano”.
“Hay medidas de largo plazo y medidas de corto plazo que se tienen que tomar ahora y que tienen que ver con los bancos, con la AFIP. No solo el ministro sino todo su equipo entiende que el campo es el principal promotor de la economía y que va a ser golpeado por esta sequía”, indicó Nicolás Pino, el presidente de la Sociedad Rural, quien también redujo la espuma verbal en este acuerdo tácito con Massa en pos de la posibilidad de obtener algunos paliativos.
El titular de Economía, hay que decirlo, venía esquivando esta reunión desde hace un par de meses, hasta que los títulos vinculados con la sequía se colaron en las tapas de los diarios nacionales y amenazaban dejarlo en offside, expuesto de indiferencia frente a problemas muy reales que sufren miles de argentinos afectados por la escasez de lluvias.
En definitiva, y mientras los celulares de productores y funcionarios comenzaban a recibir mensajes que contaban sobre buenas lluvias en zonas rurales de La Pampa, Santa Fe o incluso la Provincia de Buenos Aires, ambos actores -campo y gobierno- decidieron volver a reunirse el 1° de febrero para escuchar de boca de Massa algunos anuncios concretos para socorrer a los productores más afectados por el fenómeno climático que ya lleva tres años ensañándose con la Argentina, y que recién en las próximas semanas podría comenzar a revertirse.
La semana que viene promete ser febril de reuniones en distintos organismos, comenzando por la AFIP y el Banco Nación, en busca de fórmulas que dejen contentos a todos y que dejen aislados a las sectores del campo que reclaman a sus dirigentes no bajar las banderas históricas de reclamos, en especial contra las retenciones o la brecha cambiaria. Desde la Mesa de Enlace, los dirigentes nacionales dijeron varias veces que en ningún momento flaquearían con dichos reclamos. Pero explicaron que si querían conseguir alguna cosa de Massa, éste de la conciliación era el camino adecuado.
-¿Hablaron de las retenciones?
-Fue uno de los reclamos. Lo que dejó claro el ministro fue que había que trabajar en todos los temas. Pero también fue claro en una cosa: lo que se pueda hacer se va a hacer, pero no se va a comprometer a cosas que no se puedan cumplir- explicó el titular de la AFIP, Carlos Castagneto, como para que no quedaran dudas de que la moderación había sido la primera condición impuesta a los ruralistas por el gobierno.
¿Entonces en qué radio de soluciones se movería el gobierno? En al acotado radio que marcó el propio documento emitido por la Mesa de Enlace pocas horas antes de la reunión. Allí las principales medidas “sugeridas” fueron acelerar las declaraciones de emergencia, que se tomen medidas de neto corte impositivo como la suspensión del pago de anticipos de Ganancias o que se elimine la decisión del Banco Central que encarece los créditos para los productores que mantengan granos en stock, como si eso fuera un delito. Esa última medida hace seis meses que se reclama, sin éxito.
“Necesitamos medidas urgentes y concretas. Un alivio impositivo ya no alcanza; medidas tributarias a corto plazo. La ganadería va a tardar en recomponer el rodeo y las economías regionales que son las más necesitadas y generan trabajo genuino y arraigo”, enfatizó Jorge Chemes, el presidente de CRA, metiendo presión para que la lapicera de Massa sea un poco más creativa y comprometida de lo que hasta ahora parece.
Mientras tanto, el Vasco De Mendiguren seguía con lo suyo, delirando: “Los productores se fueron muy conformes con la reunión, han salido muy satisfechos. Los problemas hay que hablarlos, el gobierno los ha sorprendido porque frente a un reclamo puso todos los problemas sobre la mesa. Se tocaron todos los tema, financieros, impositivos, aduaneros. Estaba todo lo que el gobierno puede poner, menos hacer llover”, insitsía.
Por suerte en varios lugares comenzaba a llover, más allá de De Mendiguren.
En la medida que los interlocutores sean personajes nefastos como Mendicurren es preferible hablarle a la pared. Massa se autodefine con colaboradores como este sujeto.
En la sequía tuvo algo que ver el Gobierno? Las cosas son como son, no como nos gustaría que fueran. Cuando los productores ganan fortunas no se acuerdan del país y cuando las cosas vienen en contra piden ayuda del país. Todos somos el país, los ricos y los pobres.