Diego Sehinkman, el psicólogo y periodista que conduce todas las noches un programa en la señal TN, estuvo días atrás en la Exposición Rural participando de una actividad de los grupos CREA. Aprovechamos para preguntarle un par de cosas sobre el oficio periodístico y la relación siempre agresiva entre el campo y el gobierno nacional.
Mirá la entrevista:
-¿Por qué intentas entender los asuntos del campo? Es algo que el periodismo en general no hace, más bien se pone de un lado o del otro. O se pone la camiseta del campo o la de en contra del campo.
-Del campo y del sector que sea. Si no sos un repetidor, una especie de autómata o de loro que repite argumentos que no son propios. No es una construcción propia que tengas del sector. Entonces lo único que hay que hacer es preguntar y volver a repreguntar y ver cuál es el pensamiento, qué es lo que está operando ahí y cuáles son los prejuicios. ¿Qué es lo real? ¿Qué es lo fantasioso? ¿Qué construye tu adversario, entre comillas político, cuando te etiqueta?. Así que ahí hay un trabajo para hacer, para escuchar realmente qué es lo que pasa ahí.
-Pero supongo que percibís que hay un tironeo respecto del sector agropecuario, del que no puede desprenderse, está en el medio de la grieta, como atrapado. Más allá de que vos como periodista no te prestes a hacer ese ejercicio.
-Eso es así. Ese ejercicio existe en una Argentina con problemas históricos de caja y donde el campo hoy es el liquidador de divisas número uno. Si hubiera otros sectores como la minería o la energía, seguramente el foco estaría puesto en otro lugar. Pero el campo contra el campo nacional y popular es el escenario ideal para el pensamiento chatarra. Titanes en el ring. Dividís buenos de malos y aplaudís o abuchea según quien sale a escena. Eso es pensamiento chatarra. No hay que comprar.
-Me imagino que para vos el campo no es ni la momia negra ni blanca. El campo es algo, en todo caso con matices.
-Seguramente hay claroscuros. Lo que no podés hacer es invalidar y cargar con atribuciones morales negativas al campo y todo lo que es. Que (los productores) son codiciosos, son avaros, tienen nuestro dinero en silobolsas. Son todas representaciones sociales falsas, a todas luces falsas, y además son injustas. Vos podés hacer algún cuestionamiento al campo en cosas dentro de la historia. ¿Y a la clase política no? ¿Y a los industriales no? Me parece que cargar todas las tintas sobre el campo es demasiado.
-A mí me encanta tu periodismo. Es un periodismo lleno de preguntas, el espacio que el periodista nunca debe perder, de interrogantes. ¿Qué preguntas te hacen sobre el agro? ¿Qué te parece que le falta explicar más o mostrar más del agro al resto de la sociedad?
-Acabamos de tener una charla con la gente de CREA y aparece lo que ellos definen como propósitos: hacer una producción más sustentable, hacer más cuidado animal. Hay un montón de valores nuevos que a lo mejor el campo tiene que mostrar. Lo está empezando a hacer. Hay que ir en esa dirección y conectar con la idea de vanguardia, de modernidad, de tecnología, de inclusión, de compromiso con la comunidad. Es difícil porque le estás pidiendo al campo en realidad que haga todo lo que otros sectores de Argentina no hacen. Es decir que le cargás toda la responsabilidad. Pero dentro de lo posible eso sería bueno, desimplantar viejas representaciones del campo. En todo caso es anacrónico esa cosa de condicionar a gobiernos democráticos, las oligarquías. Eso está en sepia, en blanco y negro. No tiene nada que ver con la con la realidad del campo. Y bueno, a lo mejor hay que laburar más para desimplantar esas ideas distorsionadas sobre lo que es la actividad agropecuaria.
-¿Vos sos un producto netamente citadino?
-Yo soy un producto citadino, pero ojo, porque tengo a mi abuelo que era de Arroyo Dulce y tuvo un campo en su momento, ahí chiquito. Tengo parientes en Entre Ríos. También soy producto de la colonización, así que bueno…
-Tratás de entender…
-Trato de entender.