El ministro de Economía y virtual precandidato a presidente por el oficialismo, Sergio Massa, prometió este miércoles en La Rioja, donde participó de los actos del inicio de la Vendimia 2023, que el gobierno no permitirá la importación de uva para vinificar ante la caída de la oferta local, pues eso serviría para deprimir el precio pagado a los productores locales.
“En los últimos días con esto de la helada, del granizo, de que la cosecha va a ser menor, algunas bodegas que ya no son de productores argentinos o de cooperativas o integradas, que tienen una mirada global únicamente del negocio, empezaron a hablar de la importación, básicamente porque pretender hacer valer las reglas del mercado y con la importación bajarle el precio al trabajo de nuestros productores”, advirtió Massa en el acto realizado en la finca Ciudadela, en la localidad de Malligasta, y del que participó el gobernador Ricado Quintela.
De este modo, quien puede definir en buena medida a quién le facilita dólares el Banco Central para importar productos alimenticios (como sucede con el caso de las bananas ecuatorianas) se metió de lleno en la polémica sobre posibles importaciones de uva para vinificar o de vino a granel, debido a los faltantes pronosticados por ciertos sectores del negocio vitivinícola. Mejor dicho, Massa prometió directamente que se opondrá a dichas compras, que en otros años (desde 2016 a la fecha) se han realizado sobre todo desde Chile.
“Vamos a defender el precio de la uva de nuestros productores y hasta que no esté vendida la última uva de producción argentina no nos sentamos a hablar de importación de uva en Argentina”, arremetió el ministro, que coquetea con la candidatura presidencial por la coalición oficialista.
Hace unos días, el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) difundió la primera estimación de la producción de uva de la temporada 2023 para las provincias del norte, que incluye a La Rioja. Para esa provincia se prevé una caída de 9% en la oferta de uva, pero para toda al región se pronostica una caída del 14%, con pérdidas de esa dimensión para San Juan. Aunque falta conocer la estimación para Mendoza, principal productora, con estos vaticinios ya comenzó el run run de todos los años: las grandes bodegas no descartan tener que importar.
Entre enero y noviembre de 2022, según datos del INDEC, ya se importaron uvas (aunque sin discriminar de mesa de para vinificar) por 5.932 toneladas, valuadas en 11,8 millones de dólares, con un salto de casi 10% respecto del año anterior. Peor además se compraron cerca de 900 toneladas de vino y mosto, por otros casi 8 millones de dólares. También en crecimiento a pesar de las restricciones al acceso a dólares oficiales.
Massa, en medio de los rumores, tomó partido y sobreactuó su defensa de los productores, que ya han comenzado la pulseada con las grandes bodegas por los precios que se pagarán este año. “Tenemos menor producción, pero también tenemos y conocemos que hay stock. Queremos que quede claro, dentro de poco vamos a tener al nuevo presidente de la COVIAR defendiendo a los productores de toda la Argentina en la discusión con las bodegas”, enfatizó.
Massa, acompañado por los secretarios Juan José Bahillo e Ignacio de Mendiguren, nada dijo en cambio sobre los anuncios frustrados de un tipo de cambio especial para las economías regionales, que había anunciado en Mendoza en noviembre pasado, pero del cual luego se arrepintió.
“Vinimos con el equipo de la Secretaría de Agricultura, con el equipo económico, a trabajar al lado de ustedes para tratar de incentivar los aportes no reintegrables, el fondo rotatorio tienen como objetivo que los obstáculos que en los próximos 90 días vayan teniendo nuestros productores se vayan saldando a partir de tener inversión del Estado para protegerlos”, destacó, sacando a relucir otros aportes llevados a la provincia de La Rioja, que sumaron cerca de 1.000 millones de pesos.