Una escuela de Junín de los Andes, con orientación textil, brindará la posibilidad a un grupo de alumnas de capacitarse en Buenos Aires con diseñadoras de gran trayectoria. Las profesionales utilizan materia prima local, como son la lana merino y la fibra de cabras mohair producidas bajo estándares de calidad, y siguiendo un principio de sustentabilidad.
Única en el país de estas características, la institución educativa fue introducida en la temática de la mano de la WCS Argentina, una ONG conservacionista que trabaja junto a productores ganaderos de la Patagonia para promover una producción Regenerativa y Amigable con la Vida Silvestre, favoreciendo la resiliencia climática, la restauración de los pastizales y suelos, y la coexistencia entre la vida silvestre y la producción de fibras naturales.
WCS, avala la certificación Wildlife Friendly (Amigable con la Vida Silvestre) de las fibras producidas.
Jorgelina Marcó, directora del establecimiento Escuela Taller Laura Vicuña, sostiene que la propuesta tiene “una mirada muy actual”, y cuenta que “la historia de la escuela nace con las hijas de María Auxiliadora como escuela de oficios, y estaba orientada a las chicas del área rural con tejido y en costura. Y bueno, quedó algo muy instalado y también desde ese lugar fue cambiando y pudo ingresar en lo que era educación media”.
Actualmente asisten más de 200 estudiantes, quienes egresan con el título de “Técnico en indumentaria y productos de confección textil”. Además, cuenta con un hogar que aloja a estudiantes provenientes del campo o de pequeños parajes de la provincia para que desarrollen allí sus estudios secundarios.
“Ahora en este último tiempo, con la implementación del diseño curricular, la provincia de Neuquén adhiere a todos estos cambios y se suma y puede estar dentro de lo que es una escuela técnica. Se van a formar técnicos en indumentaria y producción textil con una mirada sostenible y sustentable”, detalla Jorgelina.
Destaca la mirada “integral y holística y que tiene que ver con poder ver desde la crianza del animal en su hábitat respetando el medioambiente, la fibra que se obtiene, y toda la cadena de valor”. Analiza la relevancia que tiene la industria textil con impacto en el medio ambiente, y reconoce las nuevas tecnologías, los pigmentos, el tipo de fibras, la comunicación y el marketing, entre algunas temáticas que recorren con los alumnos “para que se puedan posicionar desde lo laboral y ofrecer un producto regional”.
“Para poder integrar todos estos conocimientos y transmitirlos a los estudiantes, hay que tener una mirada bien amplia, y hacer un gran equipo de trabajo”, señala. Y subraya que la propuesta “tendrá impacto en nuestra región porque valoran la producción ganadera y también lo cultural como por ejemplo el telar mapuche”.
Milagros Cañuqueo y Luz Jofré están entusiasmadas por lo que van a vivir junto a otras tres compañeras desde el próximo 16 de agosto. Milagros pertenece a una familia originaria de la zona, con mucho vínculo con la tierra y los animales.
Cuenta que su familia “por parte materna y paterna son de campo. Mi familia paterna es de San Ignacio”-un paraje de esa localidad patagónica donde habita la comunidad Namuncurá-. “En la comunidad mi tío trabaja con la organización de los trabajadores de la tierra, y mi abuela materna hila con el uso como se hacía antes las lanas y las vende. Ahora vende más por encargo porque es difícil que paguen lo que vale”, asegura.
A Luz la emociona esta posibilidad de viajar y conocer otras experiencias, porque quiere dedicarse al diseño de indumentaria y tiene todo planeado: se quedará “un año en Junín, para trabajar y juntar plata, y luego ir a estudiar”.
El año pasado docentes y estudiantes del secundario técnico textil, formaron parte de capacitaciones de educación ambiental convocadas por la organización de conservación WCS Argentina.
Las actividades realizadas se focalizaron en la producción y el uso de fibras naturales amigables con la fauna y la relación con la naturaleza, para fortalecer este enfoque dentro del plan de estudios de la institución.
El fin fue el de enlazar los conocimientos sobre prácticas textiles sustentables, el vínculo con el entorno natural, las metodologías de enseñanza y aprendizaje y también incentivar el emprendedurismo en el mundo textil.
La diseñadora argentina María Zolezzi fue parte de la iniciativa y realizó una recorrida por la escuela en compañía de autoridades y docentes. Creadora de la marca Maydi, Zolezzi es referente en diseño sustentable a nivel internacional y fue la primera compradora de fibras certificadas WildlifeFriendly® en Argentina. En el taller de costura de la escuela, compartió sus saberes sobre este tipo de producción y diseño, y sus experiencias en el mundo textil.
Ahora recibirá a las alumnas en su taller, como también lo hará la diseñadora Alejandra Gottelli, creadora de Cubreme, una marca enfocada en el diseño sustentable, pionera en el uso de fibra de guanaco de esquila en silvestría.
En relación a aquel intercambio con Zolezzi, Milagros valora que “fue muy interesante porque nos enseñó lo que hacía y nos contó cosas de ella como por ejemplo, en donde presentaba sus prendas, con quienes trabajaba, para qué y nos contó que exporta.
A mí me interesó mucho y me acuerdo que le preguntó a una compañera que estaba tejiendo detalles de cómo lo hacía y cómo era su experiencia con el tejido”.
También recordó que la diseñadora contó que “hoy en día es difícil encontrar a personas que disfruten de tejer, que gusten del oficio”.
La alumna sostiene que el viaje que viene será “muy lindo para poder trabajar con cosas que son de acá, de nuestra cercanía y también revalorizar esta manera de confeccionar prendas que quizás hoy en día se está perdiendo un poco por las grandes industrias y por la moda rápida”.
Para ella, la sustentabilidad “es el hecho de que podamos reutilizar las cosas y cuidar el planeta, pero también darle un buen uso a las cosas que nos da la naturaleza, los recursos naturales”.