El país de las manzanas parece que ha sido bombardeado, porque en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén en los últimos 13 años se perdieron 14.282 hectáreas de frutas, de las cuales 10.000 eran de peras y manzanas, las naves insignias de esta economía regional.
Las cifras son oficiales. El anuario estadístico que realiza periódicamente el Servicio Nacional de Sanidad Agroalimentaria (Senasa) trajo las malas nuevas para le región del Alto Valle, según los datos que surgen de un trabajo que se difundió el 2 de agosto pasado.
Otra manera de ver ese brutal retroceso, y pérdida de protagonismo como jugador mundial en el mercado de las frutas frescas, se puede apreciar si se tiene en cuenta que en 2007 las exportaciones de peras y manzanas llegaron a las 741.000 toneladas, y en 2022 el Senasa reporta 344.858.
De este total, 278.000 toneladas son de peras y 63.000 de manzanas. Chile, en el mismo año, exportó 116.000 toneladas de peras y 598.000 de manzanas, totalizando 714.000 toneladas exportadas.
Esas casi 400.000 toneladas en exportaciones que se perdieron, a valores actuales de mercado, representarían más de 300 millones de dólares al año, un monto significativo para una economía que es el motor de una urbe lineal de casi 1 millón de habitantes como es el Alto Valle.
En esta región (que ahora recibe los coletazos del inmenso flujo de inversiones que se vuelcan en Vaca Muerta), en 13 años hay 4.000 trabajadores permanente menos en las tareas de las chacras y en los galpones de empaque. En cuanto a los temporarios, el Senasa estimó que el recorte alcanzó a 9.000 personas.
En el período mensurado, se cayeron del sistema (dejaron de inscribirse en los organismos sanitarios y fiscales), 1.058 productores, conocidos aquí como chacareros. En 2009 eran 2.667, y en 2022 se encuentran registrados 1.605 de ellos. Un 39% menos.
Esta información oficial tomó estado público en medio de la campaña política previa a las PASO. Sin embargo una rápida búsqueda por internet, arroja que ninguno de los principales candidatos a ocupar una banca en el congreso (la provincia de Rìo Negro renueva tres diputados nacionales), ha manifestado una postura sobre como sacar a la fruticultura de su situación actual. Tampoco han hecho manifestaciones sobre el tema en sus redes sociales.
El actual Ministro de Justicia, Martìn Soria, es el candidato de Uniòn por la Patria; Luis Di Giàcomo fue postulado por el partido provincial Juntos Somos Río Negro; los libertarios postularon a Lorena Villaverde; mientras que Juntos por el Cambio tiene dos aspirantes: Sergio Capozzi (Bullrich), y Roberto Brusa (Larreta).
En esta economía regional, el debate permanente es la falta de rentabilidad. En 2017, por ejemplo, se presentó un plan “integral” para bajar costos, promoviendo la asociatividad de los productores y la toma de créditos en dólares a una tasa del 4% anual para la “reconversión”. Los chacareros primero quisieron que les garantizaran rentabilidad para su fruta antes de tomar deuda. Otros, directamente exigieron un “precio sostén”, garantizado por el gobierno.
En 2018, el entonces secretario de Planificación Frutícola, Alfredo Palmieri, explicaba que los costos de post cosecha en nuestro país (embalar las manzanas, el cartón y la electricidad, por ejemplo), representa 10 dólares por hectárea, mientras que en Chile es del 6,2 y en Sudáfrica del 5,4.
En cuanto al valor de la fruta que se pone dentro de las cajas, los costos son de 7 dólares en nuestro país, 5 en Chile y 5,30 en Sudáfrica.
Un componente que ha sido protagonistas en todos los debates sobre los costos de la fruticultura, es la mano de obra. “El costo de las contribuciones patronales representan casi 2,2 dólares por cada caja, un guarismo que va atado a que el 45% del valor FOB de una caja de fruta es mano de obra”, dice el diagnóstico elaborado por el gobierno de Río Negro en 2017.
Otro elemento, es la baja productividad de nuestras chacras si se las compara con la de los competidores. Esa misma falta de rentabilidad, llevó a un atraso generalizado en sistemas de producción y en métodos de manejo del monte frutal. Eso se traduce en que, mientras en Río Negro el promedio de producción es de 34 toneladas de fruta por hectárea, en Sudáfrica el promedio se ubica en torno a las 57 toneladas y, en Chile la producción promedio de manzanas es de 49 toneladas por hectárea.