Luego de cerrar una buena paritaria, con aumentos que redondearon 36%, uno de las ramas del histórico gremio de la carne provocó sorpresa al atacar con dureza a las empresas frigoríficas exportadoras. En un comunicado las acusó sin más de estar “subfacturando” sus operaciones.
La Federación Gremial del Personal de la Industria de la Carne y sus Derivados, cuyo secretario general es Alberto Fantini, emitió un comunicado en el que analizó la situación actual de la industria frigorífica exportadora de carne bovina. En el primer párrafo nomás, el gremialista sacudió: dijo que el presente está “difícil y complicado” porque existe un escenario de “falta de competitividad, retraso cambiario e informalidad en las exportaciones, con subfacturación de los precios”, según denunció.
Hace pocos días, la AFIP aplicó valores de referencia para las exportaciones de carne dirigidas a ciertos destinos asiáticos, entre ellos China, el principal mercado de la carne argentina. Aunque estos valores se fijaron solo para algunas posiciones arancelarias, el argumento oficial fue que se intentaba evitar la subfacturación de las operaciones, un recurso para pagar menor retenciones y liquidar menos divisas al valor del dólar oficial.
Luego de echar esta palada de tierra sobre sus patronales, el sindicalista de la carne mostró su preocupación porque hay una marcada “volatilidad de los mercados”, ya que Europa está “cerrada por el COVID-19 y China un 30% abajo en los precios, con problemas de cobro, renegociación de contratos, y devolución de mercadería”.
A pesar de este escenario, la Argentina terminó batiendo récords de exportación en 2020, con 911 mil toneladas de carne vacuna embarcadas. De todos modos, en valores, hubo un importante retroceso, justamente por la baja de precios promovida por China.
“La informalidad y evasión en el mercado doméstico, con la evasión de impuestos y los operadores marginales con empleados en negro” es, según Fantini, otro de los factores que complica a la industria formalizada.
El sindicalista agregó que también que hay un “incremento de exportadores sin fabrica (en referencia a los matarifes que exportan carne de animales faenados en el frigorífico de otros) y no comprometidos con el negocio, con matriculas truchas y sin respaldo”.
El líder gremial, como para terminar de trazar un panorama oscuro, apuntó a la “falta de modernización en el consumo”, evidenciada en el hecho de que la Argentina es uno de los dos países del mundo, junto con Paraguay, que todavía insiste en la distribución de la carne a los puntos de venta minorista mediante las medias reses.
“Esto determina una falta de sanidad e inocuidad en el producto, que lastima y perjudica al trabajador, que puede hombrear 100 medias reses promedio por día, de 120 kilogramos cada una”, argumentó el sindicalista. En sucesivas notas Bichos de Campo ya ha dado cuenta de la existencia de normas laborales que impiden esa situación, pero que no terminan por aplicarse.
Según Fantini, “se evade los impuestos con este sistema y la carne se encarece. El carnicero tiene que integrar la venta de la medias res, de forma tal que para poder vender los cortes más caros, como el lomo, cuadril, colita, tiene que bajarles los precios y se los sube a los cortes más populares, como el asado, pulpas, cortes de olla, perjudicando así a la gente de menores ingresos”, se lamentó.
Finalmente, el secretario general de la Federación de la Carne sostuvo que las problemáticas mencionadas en la industria frigorífica de exportación producen el “aprovechamiento del trabajador”, dado que “en estos lugares no se pagan las escalas salariales vigentes, no se pagan aportes previsionales ni la obra social de los trabajadores”.