Que el grupo Benettón, el mayor dueño de tierras rurales en la Argentina, padezca usurpaciones de campos en el sur lamentáblemente no es una noticia que sorprenda a nadie, incluso aunque esas tomas paralicen sus intenciones de invertir en la construcción de un aserradero para procesar la producción de las 10 mil hectáreas forestadas con pinos que tiene en la zona cordillerana. De eso ya hablamos el fin de semana en Bichos de Campo. No sorprende ni despierta curiosidad la Argentina de los problemas eternos que nadie parece enfrentar.
Pero de la entrevista que mantuvimos con el nuevo CEO del grupo italiano que desembarcó en la Argentina en 1992, llamado Agustín Dranovsky, surgen otros detalles que seguro sí llamarán la atención de quienes están atentos a la evolución de los negocios agropecuarios. Por caso, que su principal fuente de ingresos en la Argentina no es ya la lana de oveja patagónica que tanto caracterizó en los años 90 y que antes exportaba directamente para sostener el negocio textil de Luciano Benetton. Ahora descolla la carne ovina.
A partir de su reorganización global, y a pesar de ser la productora de lana más importantes del país, la Compañía de Tierras del Sud, ha dejado de exportar directamente esa fibra hacia su casa matriz para comenzar a colocarlo localmente, en las hilanderías y lavaderos ubicados de Trelew, especialmente. En todo caso, luego de un primer proceso industrial, son estas firmas las que la exportan.
“Ya hace 5 o 6 años que el 100% de la lana se vende en el mercado interno”, reveló el nuevo CEO, quien incluyó este giro como parte de los cambios que está viviendo el grupo en los últimos tiempos. “Se independizó la venta de lana como una unidad y se decidió que cada región haga su mejor negocio posible”, explicó.
La muerte en 2018 de dos de los cuatro hermanos Benetton, incluido Carlo, el más apasionado con la Patagonia y quien manejaba los negocios en el país, forzó una aceleración de la profesionalización del grupo Edizione SRL, como se llama el holding en Italia. Esto llegó a la Argentina no solo con el nombramiento de Dranovsky, quien provenía del Grupo Bermejo. También aquí se segmentó el negocio agropecuario en cuatro regionales o cinco rubros. La diferencia radica en que el frigorífico santacruceño Famaili es una unidad de negocios en si misma.
Pocos saben que la mayoría de la facturación del grupo Benetton en el país nace en esa planta ubicada en Río Gallegos, donde los italianos pusieron un pie en 2007 para de a poquito ir haciéndose del total de las acciones. Desde 2016 lo controlan al 100%. El Faimali -que tiene capacidad para faenar 150 mil cabezas por año- se especializa en la producción de carne de cordero patagónico, tanto para el mercado nacional como internacional, que desde diciembre de 2020 quedó exenta de pagar retenciones. Tener esa planta “permite completar un esquema de integración vertical” que convierte a la carne ovina en el mejor negocio actual del grupo. De la faena, hasta 40%b de los ovinos provienen de los campos del propio grupo.
Actualmente la Compañía de Tierras factura en la Argentina unos 30 millones de dólares anuales, y los resultados de Faimali (básicamente por la exportación de carne ovina a muy diversos mercados) son la principal fuente de ingresos. De todos modos, debido a los altos precios de los granos, ese negocio ahora compite cabeza a cabeza con una de las regionales que muy lejos está de la postal de la estepa patagónica plagada de ovejas que uno imagina ni bien se habla de los Benetton en la Argentina. Se trata de la estancia -mucho menos pretenciosa en cantidad de hectáreas, pero de tierras mucho más fértiles- que la firma posee en la localidad de Balcarce. Allí hacen agricultura y ganadería bovina de ciclo completo.
Por eso, mientras aguarda que la justicia finalmente ejecute los desalojos de los campos usurpados que tiene en la zona cordillerana, donde proyecta avanzar con la inversión en un nuevo aserradero, la Compañía de Tierras del Sud dedica sus principales inversiones a estas dos unidades de negocios.
En Balcarce invirtieron muy fuerte los últimos dos años para sembrar 2.000 hectáreas de pasturas, de modo de poder engordar allí mismo a los terneros que antes debían vender a otros establecimientos invernadores. En Río Gallegos llevan gastado 1 millón de dólares para modernizar el frigorífico Faimali, sobre todo en el tratamiento de efluentes y los secaderos de sangre, entre otros sectores.
Así las cosas, la lana orgánica patagónica (todas las estancias están certificadas) que tanto caracterizaba la imagen del grupo Benetton luego de su desembarco en la Argentina quedó relegada a un tercer plano.
En la actualidad, el grupo que emplea a más de 300 personas de manera directa y casi el doble en los períodos de mayor demanda productiva (en especial durante la esquila), tiene entonces cuatro unidades regionales de producción, divididas en siete estancias, además del frigorífico Faimali y el proyecto forestal. En las estancias de la región Cordillerana tiene además dos cabañas, una de bovinos de la raza Hereford y otras de ovinos de la raza Merino.
Estos son los datos por unidad de negocios, que en total suman 920 mil hectáreas:
Estancias Cordillera: es el conjunto de cuatro estancias ubicadas en la zona de la precordillera andina: Leleque, Montoso, Maitén y Pilcañeu (ubicadas en Chubut y Río Negro). En conjunto ocupan unas 356 mil hectáreas donde hay m100 mil cabezas ovinas y unas 9.000 bovinas, además de las cabañas. Allí están además las 10 mil hectáreas implantadas con variedades de pino. La producción de lana allí es de 390 mil kilos anuales.
Estancia Coronel: Está ubicada cera de Puerto San Julián, en Santa Cruz. y tiene una superficie de 334 mil hectáreas donde se albergan unas 50 mil cabezas ovinas. La producción de lana llega allí a 160 mil kilos.
Estancia Cóndor: También está ubicada en Santa Cruz, pero más cerca de Río Gallegos. Hay allí 220 mil hectáreas con 100 mil cabezas, y una cabaña de ovejas Corriedale, que son más carniceras que las merino. La producción de lana es de 330 mil kilos.
Estancia Santa Marta: Es la ubicada entre Balcarce y Lobería, en la provincia de Buenos Aires. Tiene 16 mil hectáreas de las cuales 7.500 son aptas para hacer agricultura (trigo, maíz, soja, girasol, cebada y papa), pero además alberga 11 mil cabezas de las razas Angus y Hereford.