La situación presente en el mercado internacional de trigo es desesperante porque los embarques programados del cereal por parte de Rusia y Ucrania están comprometidos a causa del conflicto bélico presente en esa región del mundo.
Ambas naciones concentran la mayor parte de la oferta exportable global de trigo, lo que implica que los países importadores de ese grano –crítico para la seguridad alimentaria– están reorientando compras hacia los naciones que disponen de mercadería.
Argentina es una de tales naciones, razón por la cual el FOB oficial de trigo pan argentino 2022/23, que la semana pasada se encontraba en 327 u$s/tonelada, ahora fue ajustado por el Ministerio de Agricultura a 375 u$s/tonelada, un valor que se encuentra en línea con los precios de referencia internacionales.
Con ese valor FOB oficial, el precio del trigo argentino 2022/23, es decir, con embarque a partir de diciembre de 2022, debería estar cotizando en al menos 315 u$s/tonelada, considerando el derecho de exportación del 12% vigente sobre el cereal.Sin embargo, hoy miércoles el valor negociado del contrato Trigo Rosario Diciembre 2022 del Matba Rofex cerró en un promedio ponderado de 286,0 u$s/tonelada, mientras que la posición Enero 2023 finalizó en 289,5 u$s/tonelada.
La brecha entre ambos valores, el que debería tener el cereal en la actual coyuntura y el que efectivamente tiene, no es caprichosa, porque la exportación de trigo 2022/23 está inhabilitada por el gobierno de Alberto Fernández hasta nuevo aviso.
La cuota habilitada de 2,0 millones de toneladas ya fue cubierta, dado que los exportadores declararon ventas externas 2022/23 por un 90% del misma, que es el margen de seguridad establecido por el gobierno para evitar que se sigan registrando operaciones con un plazo de embarque de 360 días, que es el habitualmente empleado por grandes compañías exportadoras.
Adicionalmente, el gobierno anunció que próximamente se instrumentará un fideicomiso cerealero que, en los hechos, funcionará como una “retención encubierta” adicional sobre el trigo y también el maíz.
Con tales intervenciones, el valor del trigo, producto que se está “incendiando” en el resto del mundo, permanece completamente aislado de la realidad en el mercado argentino.