Esta semana se realizó el Foro Anual 2023 del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA), donde se anticipó, de manera preliminar, que los “farmers” estadounidenses reforzaran apuestas productivas en maíz.
La primera proyección oficial de superficie de maíz estadounidense 2023/24 es de 36,8 millones de hectáreas, una cifra 2,7% superior a la registrada en el presente ciclo. También se espera un fuerte incremento del área de trigo y sorgo.
Sin embargo, el USDA proyectó que el área de soja en EE.UU. permanecería este año en 35,0 millones de hectáreas, un dato poco alentador para la necesidad de recomponer reservas internas de oleaginosa.
El USDA estima que en la próxima campaña el procesamiento de soja en EE.UU. seguiría creciendo para poder abastecer a la pujante demanda interna de aceite de soja, la cual viene siendo impulsada por la industria de biocombustibles.
La molienda de soja en EE.UU. en 2023/24 fue proyectada en 62,9 millones de tonelada, una cifra 3,6% superior a la prevista para 2022/23. Se trata de un dato que no puede pasar desapercibido para la Argentina.
Los técnicos del USDA indicaron que la tanto la producción de biodiésel convencional como la de HVO (Hydrotreated Vegetable Oil) seguirá creciendo en la próxima campaña (el HVO res un combustible elaborado con aceites o grasas hidrotratadas que tiene la enorme ventaja de que puede usarse prácticamente al 100% sin necesidad de cambiar los motores de los automóviles o camiones).
Eso implica que, más allá de lo que suceda con el rendimientos –difícil pronosticar a esta altura qué ocurrirá con el factor climático–, EE.UU. seguirá manteniendo bajos stocks internos de la oleaginosa por otra campaña más.
Otro dato importante es que los técnicos del USDA, a partir de la recomposición de las cosechas sudamericanas, en 2023/24 esperan un escenario bajista de precios para la mayor parte de los granos.