Se celebra este domingo el día del vino, bebida nacional. En Bichos de Campo, además de abrir esta noche una botella, decidimos compartir con nuestros lectores una muy buena crónica del colega Pablo Pérez Delgado, para el diario UNO de Mendoza, en el que relata todo lo sucedido en el Congreso Internacional de Terroir, que se realizó en esa provincia la semana pasada y, con especialistas de todo el mundo, se centró en la discusión y el intercambio de conocimientos sobre el concepto de “terruño” y el cambio climático.
Con autorización de Pablo, además hurtamos para esta sección, desde el sitio especializado en vitivinicultura Alterrados, una copia del programa Pulso Rural, emitido por Canal 7 y dedicado justamente a una cobertura de todo lo sucedido en ese 15° Congreso Internacional del Terroir. Allí se habló de los principales desafíos de la vitivinicultura: el cambio climático, la escasez de agua y la aplicación de técnicas de la agricultura regenerativa en los predios.
Esta es la crónica de Pablo:
Del 18 al 22 de noviembre Mendoza fue sede del Congreso Internacional de Terroir. El evento -organizado por el Catena Institute of Wine, la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo, el Instituto de Biología Agrícola de Mendoza (Conicet) y el Gobierno de la Provincia de Mendoza- tuvo cerca de 300 participantes, con expertos de más de 15 países.
Fue una de las reuniones más concurridas en la historia del encuentro, con casi 70 presentaciones de destacados investigadores. Entre los oradores estuvieron el Dr. Cornelius Kees van Leeuwen, la Dra. Cristina Lazcano, el Dr. Benjamin Bois, el Dr. Luciano Calderón y el Dr. Philippe Gallusci, verdaderas eminencias del sector.
El programa incluyó tres días de sesiones científicas en las que se exploraron los aspectos esenciales del terroir, como el suelo, el clima y el material vegetal, con un enfoque especial en la variedad Malbec. Además, los asistentes participaron en un día de campo en el Valle de Uco, donde experimentaron de cerca las particularidades de los terruños de montaña. También asistieron a una miniferia de vinos, visitaron bodegas y degustaron vinos únicos.
Este concepto, repetido en la industria vitivinícola, tiene un importante significado. El Dr. Ing. Agr. Rodrigo Javier López Plantey, Secretario de Investigación, Internacionales y Posgrado de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo, lo define así: “El terroir tiene en cuenta la planta, el suelo, el clima, pero al hombre también; y es esa hermandad entre todos esos componentes que caracterizan a una región o a un lugar y lo hacen único e irrepetible. Entonces, cuando uno habla del terroir, se refiere a que ese vino es la surgente de la interacción entre todos esos factores”
Mendoza, conocida por su producción vitivinícola, es un lugar ideal para explorar cómo estos factores afectan la calidad y el carácter de los vinos.
El cambio climático. Este punto fue abordado por diferentes expositores, ya que tiene un impacto significativo en la producción de vino.
Por ejemplo, altera los ciclos de crecimiento y puede provocar cambios en la acidez y el azúcar. De hecho, se plantea desde hace tiempo la necesidad de cultivar variedades más resistentes al calor. A esto hay que sumarle que las condiciones más cálidas y húmedas pueden favorecer el crecimiento de hongos y plagas, lo que aumenta la necesidad de tratamientos fitosanitarios.
Nazareth Torres, investigadora posdoctoral Ramón y Cajal de la Universidad Pública de Navarra (España), dijo: “Nuestro objetivo es buscar técnicas alternativas que promuevan la salud del suelo y para ello estamos utilizando cubiertas vegetales (cover crops) y también mulchings, acolchados orgánicos y siempre basados en la economía circular, porque creemos que es muy importante no simplemente poner un plástico en el viñedo, sino hacer una gestión sostenible”.
Torres describió: “Tenemos acolchados tanto de naturaleza vegetal, de residuos vegetales, como de animales, de pelo de oveja, la cual ponemos debajo de la viña y vemos cómo se gestiona eso a lo largo del tiempo. Principalmente mi presentación fue acerca de los resultados de las cubiertas vegetales, porque tenemos más años de experimentación”.
Agricultura regenerativa. La explicación de este concepto corrió por cuenta de la Ingeniera Agrónoma PhD e Investigadora Daniela Mezzatesta: “Ponemos foco en los suelos como generadores de vida y en cómo nos ayudan a amortiguar todos estos cambios que estamos viendo en el ambiente. El principal pilar es promover la vida de los suelos y para ello priorizamos que haya raíces, que haya suelos cubiertos, que haya vida, biodiversidad. Eso alimenta todo el ecosistema, porque si tenés plantas, tenés flores, polinizadores, insectos y aves. Y eso también tiene un impacto en el terroir a través de plantas que pueden generar aromas que se traducen en los vinos”.
Mezzatesta agregó: “Otro pilar importante es el social, para que todas las personas que trabajamos en la industria tengamos las condiciones adecuadas para trabajar y que podamos hacer las cosas bien en nuestras comunidades”.
La doctora Cristina Lezcano, investigadora en suelos de la Universidad de California en Davis (EE.UU.), aseguró que la agricultura regenerativa se enfoca en la parte viva del suelo como elemento fundamental para la salud del ecosistema agrario.
Con respecto al cambio climático, Lezcano señaló que ya no se habla solo de mitigación sino de adaptación, porque ya estamos sufriendo las consecuencias.
Y sumó: “Hay que buscar la forma en la que podamos seguir creciendo los mismos cultivos en las mismas zonas, pero ahora con extremos climáticos, temperaturas muy altas y precipitación extrema, o bien sequía o inundaciones. Los suelos son reservorios de carbono muy grandes a nivel global y entonces el manejo del suelo va a tener influencia en si el suelo sigue acumulando carbono o lo libera. Y eso es muy importante. El suelo no nos va a salvar del cambio climático, no es la solución, pero puede contribuir y puede ayudar a mitigar”.
Del congreso internacional al consumidor final. Fernando Buscema, Director Ejecutivo en Catena Institute of Wine, le dijo a Pulso Rural que le gustaría que el avance se produzca mostrando que la tradición, de la que tanto estamos orgullosos, no necesariamente tiene que entrar en conflicto con la innovación.
Buscema destacó: “Estamos inmersos en un contexto de cambios climáticos, culturales y regulatorios. Seguir haciendo lo mismo quizás no sea la mejor forma. Si trabajamos en red con los expertos de todo el mundo, vamos más rápido. Y esa es la manera de que se produzca el derrame. Trabajemos en conjunto, trabajemos en red, así aumentamos las chances de ser sostenibles, de seguir estando presentes en el mundo del vino como lo estamos hoy o mejor.”
El agua y la montaña. Los especialistas locales destacan que una gran ventaja de la vitivinicultura del Oeste Argentino es la montaña, que aporta una altura que muchos países no tienen a la hora de pensar en las temperaturas y la amplitud térmica, sobre todo en los tórridos veranos.
De todos modos, el agua es una limitante. Más allá de dos años de gracia en materia de nevadas, que decantaron en años denominados “normales” en materia hídrica para Mendoza, las previsiones son a la baja y a la sequía. “Hay que apostar ahora a la distribución súper eficiente para riego y para consumo” remató el Dr. en Meteorología Maximiliano Viale.
El congreso en Mendoza, un verdadero lujo. Así lo calificó el ingeniero agrónomo y máster en viticultura Martín Kaiser, un verdadero especialista en tema terruño para Argentina. Fue elegido Viticultor del año en 2020; y el premio se lo otorgó el reconocido crítico internacional Tim Atkin (Master of Wine). Destacó que es una gran oportunidad para escuchar el top de lo que está pasando en el mundo científico a nivel mundial.
En cuanto a la promoción, Mendoza es la principal región vitivinícola de Argentina. El congreso empuja a la región como un referente en la producción de vino de calidad.
El intercambio de conocimientos facilita el despertar de ideas, técnicas y avances en la viticultura y en el estudio de la tierra. También promueve el desarrollo sostenible y responsable de la actividad. Fortalece la identidad regional con su diversidad geográfica, climática y de variedades de uva, lo que contribuye a la singularidad de sus vinos.
El agrónomo y viticultor Alejandro Vigil afirmó a Pulso Rural que hay que tomar una real dimensión de lo que significó este congreso para Mendoza, debido a las características de los investigadores y expositores.
Ante la consulta sobre cambio climático, Vigil consideró: “Creo que el tema más importante es entender la sustentabilidad o sostenibilidad de la vitivinicultura futura y todo lo que enmarca esto. No solamente vamos a tener que ver los cambios en el clima, sino todo el tema económico sobre los trabajos de investigación que podemos hacer para sostener una actividad que tiene un fuerte componente cultural”.
“Con respecto a la sostenibilidad -recalcó Vigil- tenemos que mirar la tendencia general y las tendencias individuales, desde el desarrollo de los vinos sin alcohol a las bebidas que nos están compitiendo. Hace unos 15, 10 años, decía que nuestro mayor competidor eran las aguas saborizadas. El futuro llegó. Hay que utilizar menos agua, menos fertilizantes y ver el impacto que podemos hacer a través del manejo para mejorar la calidad que llega directamente al consumidor”.