Juan Portella pasa sus días entre el campo donde produce ovinos Hampshire Down y el aula, ya que su otra pasión en enseñar biología, materia muy afín a la producción pecuaria.
Antes de meterse con las ovejas pasó por otra actividad: la producción de leche. Unos años antes, con familiares cercanos, manejó un tambo que lamentablemente tuvo que cerrar por las malas condiciones que ofrecía el negocio.
Portella, un hombre comprometido con lo que hace, además es secretario de la asociación de criadores de la raza que produce. Siempre interesado por la producción de conocimientos y de bienes, desde hace unos años se decidió por organizar un establecimiento productor de ovejas en Lezama, provincia de Buenos Aires, uno de los municipios que forman parte de la Cuenca del Salado, donde la cría vacuna juega de local.
El ganadero explicó cómo fue su inicio en la actividad: “Siempre estuve vinculado al campo porque mi familia históricamente estuvo acá, en Lezama. Las cuentas de la agricultura pueden dar mejor, pero es muy aburrida y como siempre me gustó generar un lugar de crianza. Yo soy un criador, toda mi vida he criado animales y lo que podía generar eran ovejas”.
Le preguntamos a Juan por qué se decidió por la raza ovina Hampshire Down y no otra: “Porque produce muy buena carne con relativamente poca lana, un problema asociado a la producción es que si no tiene carne no te la compran, no te la vienen a buscar ni regalada”.
La cabaña La Horqueta está en un campo que cuenta con lomas en la que hace agricultura, y en las zonas bajas produce ovinos. “Arrancamos con la intención de producir carne. Y cuando uno cuando va haciendo las cosas y las hace bien descubre nuevas opciones. Así vimos que había lugares aptos para hacer pasturas. Se organizaron las parcelas y cuando no hay pasturas, eso sucede en invierno, contamos con rastrojos. Esto hace que la agricultura y la ganadería sean complementarias. Las ovejas se comen incluso las malezas que los herbicidas no liquidan”.
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Portella tiene 50 madres, la mitad son de pedigree y la otra mitad son animales puros controlados. El productor explicó cómo está organizado el planteo que maneja: “Como tengo una superficie pequeña y una cantidad de madres relativamente chica, la idea es hacer genética, lo que siempre imaginé es que cada carnero o cada borrega que vendamos termine multiplicando el precio de muchos corderos o corderas”.
Respecto de la hacienda que produce dijo: “todavía no vendimos ganado para la faena, algo se va a terminar haciendo, pero la idea mayoritariamente es producir genética de pedigree y genética pura controlada porque hay distintos públicos. Un público es una persona que quiere un carnero para mejorar la producción de sus corderos, no importa la majada que color tenga. Y después tenés los que criamos la raza pura Hampshire Down, y para ellos necesitas animales de punta, que sean competitivos. Todavía no hemos hecho exposiciones, pero la idea es empezar a hacerlo”.
En cuanto al manejo del campo indicó que “la carga es de 15 a 16 animales por hectárea ya que le dedicamos 5 hectáreas por todo concepto. El secreto de esto está en la rotación. La idea de que los animales pueden arrasar la parcela y que regresen al mes siguiente. No están comiéndose continuamente el rebrote, pisoteando, bosteando sobre el pasto. Eso hace que la rotación sea exitosa”.
Portella contó que la suplementación es solo en situaciones puntuales, que su objetivo es que la producción sea netamente a pasto.
“Algunos animales como algo de maíz de forma puntual, cuando lo preparamos para una exposición se le da algo de rollo de alfalfa si es que todavía no tenemos el rastrojo a disposición. Eso reduce el costo de la suplementación aunque me genera una limitación en cuanto a la cantidad de animales que el campo soporta”.
“Si algún día logro hacerme de un nombre y vender genética de manera sostenida, tal vez pueda generar una suplementación que me permita aumentar la carga de madres. Estoy en un proceso de crecimiento y en este momento tengo a las madres que me sostiene el pasto”, explicó.
Con respecto a la productividad de la cría de ovejas indicó que habitualmente se obtienen más de un cordero por oveja al año, ya que la gestación es de 5 meses, lo que da lugar a que las borregas se vuelvan a preñar.
En los últimos año se viene dando una recomposición de las existencias ovinas en la región central del país. Aparecieron algunos líneas de crédito y para muchos esta especie se volvió una alternativa que favoreció la diversificación productiva.
Al respecto Portella alertó: “la oveja es un animal muy noble, pero eso no quiere decir que no requiera cuidado. A veces la gente tiene la fantasía de que puede tener 20 ovejas como si fueran de hule y que por lo tanto se guardan en el verano después de usarse, como los salvavidas. Pero no es así, la oveja tiene su demanda. Digamos que es un animal que produce muy bien, y en el caso de la Hampshire Down convierte muy bien el alimento en carne respecto de otras razas carniceras, pero en esto en definitiva cada uno cría según su pasión”.