Juan Cruz Jaime trabaja actualmente como director ejecutivo en el Cono Sur de CropLife, una organización internacional que promueve un uso responsable de las tecnologías agrícolas. Pero en Bichos de Campo lo conocemos desde hace rato y sabemos que su mayor virtud pasa por saber mucho de historia, en especial sobre la historia del sector agropecuario argentino y sus instituciones más señeras.
Por eso aprovechamos el acto de aniversario del 75° aniversario de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) para preguntarle a Jaime cómo era el contexto que, en 1943, dio origen a una de las cuatro organizaciones tradicionales de productores en la Argentina.
Así nos enteramos que CRA nació casi de casualidad, debido a la invitación que hizo el gobierno de Bolivia a los ruralistas de aquel momento para participar de un seminario en aquel país.
Si no crees lo que te decimos, mirá la entrevista completa con Juan Cruz Jaime:
Pero no minimicemos los acontecimientos históricos. El nacimiento de CRA, según Juan Cruz, fue “parte de un proceso que se inició en los años treinta, cuando a partir de las políticas del gobierno conservador del General Justo se empiezan a crear instituciones como la Junta Nacional de Granos o la de Carnes, que empiezan a regular el comercio agropecuario”.
Hasta ese momento, en el agro local había solo dos gremiales de improntas muy diferentes: la añosa Sociedad Rural Argentina fundada en 1866, y la Federación Agraria Argentina, que nació con posterioridad a la huelga chacarera conocida como grito de Alcorta, en 1912.
Jaime recordó que en un entorno político signado por el Tratado Roca-Runciman, que administraba las transacciones de carne vacuna entre la Argentina y el Reino Unido. “había muchos grupos de nuevos inmigrantes que empezaron a tener campos medianos y pequeños y que no se sentían representados por la Sociedad Rural Argentina, y que necesitaron empezar a agruparse para responder a esta nueva realidad económica del país. Ahí nacieron las confederaciones rurales”.
Como casi todo en el campo, hay una explicación económica. Los grandes terratenientes de aquella SRA tenían campos suficientes como para hacer críe e invernada de su ganado, y por tanto podían negociar mejores condiciones para la venta de la carne. Pero los nuevos inquilinos de la Argentina, en general asentados sobre tierras menos productivas y de extensiones más pequeñas, generalmente eran solo criadores. Como pasa ahora y casi siempre, eran muchas veces la variable de ajuste.
En 1932 se funda Carbap y cuatro años más tarde nacen la confederación del litoral (con impronta en Entre Ríos) y Carclo, que hacía nido en Córdoba.
“Se va haciendo tan compleja esta situación, que en un momento llega una invitación del Gobierno para que estas confederaciones participen de un congreso en ese país para hablar de este tema a nivel latinoamericano. Pero les dicen: ‘No puede venir uno de cada uno. Necesitamos que venga un solo representante por todas las confederaciones’. Y fue ahí que nación Confederaciones Rurales Argentinas en la necesidad de nombra un solo representante para el Congreso de Bolivia”, relata Jaime con pasión de historiador.
De todos modos ese no es el final de la historia. En medio de estos entreveros, hubo una revolución en Bolivia y el bendito congreso jamás se realizó. CRA, de todos modos, permanece hasta nuestros días.