A pesar de los buenos precios internacionales que viene registrando la carne vacuna –señal de una demanda internacional firme– la actividad del negocio frigorífico argentino sigue sumando complicaciones que afectan la competitividad de manera grave.
Además del encarecimiento de los costos en dólares –producto del cepo cambiario– y la inflación generalizada, los frigoríficos exportadores deben hacer frente al cambio constante de reglas de juego por parte del gobierno nacional.
Al respecto hoy el gobierno publicó una normativa en la que determinó que la empresa exportadora que no cumpla con el acuerdo de precios no podrá embarcar carne. Otro “ruido” más en la cadena de valor cárnica.
Lo cierto es que, más allá de esa norma, desde comienzos de este año se vienen demorando las autorizaciones de exportaciones de carne de manera arbitraria y poco transparente, ya que, a diferencia de lo que sucede con los commodities agrícolas, el Ministerio de Agricultura no publica diariamente los permisos de embarque con el detalle del volumen otorgado a cada empresa.
Los efectos de tan perniciosa política –que ya se implementó en la década pasada con resultados nefastos– ya comenzaron a observarse en el mercado.
La empresa Black Bamboo, ubicada en Hughes, Santa Fe, decidió frenar la faena por quince días (esta semana y la próxima) para liberar stocks e intentar reacomodar el funcionamiento de la compañía ante el incierto panorama planteado por la política oficial.
Según fuentes cercanas a la empresa de capitales chinos, la firma localizada en el sur de Santa Fe tiene acumulado el equivalente a 40 contenedores, que representan cerca de 1000 toneladas de carne vacuna, las cuales, si bien tienen diferentes mercados externos asignados en función del corte en cuestión, en su mayor parte son destinados (si el gobierno lo autoriza) a China.
La empresa tiene 600 empleados y capacidad para faenar 700 animales por día con un negocio diseñado para atender a la demanda internacional, que se encuentra frenada por las restricciones implementadas desde 2021 por el gobierno nacional.
Una fuente del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación indicó a Bichos de Campo que Black Bamboo cuenta con los permisos de exportación solicitados y que la interrupción de la faena obedece a cuestiones técnicas propias de la empresa.
Sin embargo, el problema es general. De hecho, en el primer bimestre del año Argentina despachó apenas un 10% del volumen que en igual período del año pasado, cuando las ventas ya habían bajado otro 12% con respecto a 2020.
El consultor Luis María Medina dijo a Bichos de Campo que en la misma situación se encuentran otras empresas dedicadas a la exportación, porque “hay demoras de hasta 30 días en la autorización de los pedidos de exportación de carne que va a China y que no compite con consumo local, lo que no tiene lógica alguna”.