Gerardo Tessore es el productor que cosechó el primer lote de maíz de esta campaña y que será rematado con todas las de la ley. Fue producido en el establecimiento Las Chilcas, en la localidad de Potrero Norte, Formosa. El campo lo compró hace 12 años, tentado por productores amigos que estaban instalados en la zona a la que le veían “mucho potencial”. Visto en perspectiva, eso ha sido algo que no se ha logrado expresar del todo, por la situación económica del país y las políticas hacia el sector. Eso, sin contar los problemas que generó la pandemia para ingresar a esa provincia.
Hacer agricultura extensiva en Formosa es bien diferente respecto de lo que sucede en la zona central del país. De movida el clima da para que, en lugar de rotar un cultivo de invierno con otro de verano, se siembre soja detrás de maíz o viceversa.
“La forma de hacer agricultura es particular, en invierno hay pocas heladas y en algunos años ninguna lo que permite hacer un doble cultivo de verano. Se comienza a sembrar entre agosto y septiembre y cosechamos en enero, se vuelve a sembrar y se cosecha por segunda vez entre mayo y julio según el cultivo”, afirmó Gerardo Tessore a Bichos de Campo.
Pero además hay una enorme variabilidad en los rindes. En maíz puede ir de 2.000 a 9.000 kilos y en soja de 500 kilos a 4.000 por hectárea, según explicó el productor que también siembra en Pellegrini, provincia de Santa Fe, en donde la estabilidad en los rindes es muchísimo mayor.
“Los rindes son más bajos porque son ciclos más cortos, pero eso depende mucho de las condiciones climáticas. Si hay una característica propia del norte es la variabilidad de lluvias. A veces son muchas, pero muy concentradas lo que tampoco es ideal, y otros años llueve muy poco. En base a eso se definen los rindes”, dijo Tessore.
A continuación agregó: “Ni siquiera los modelos climáticos que son certeros y eso complica el planteo de la estrategia. Pero a pesar de las dificultades del clima, la economía y las políticas del gobierno nos seguimos levantando cada días con ganas de producir”.
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Tessore comentó luego cuál es la estrategia que utiliza para reducir el margen de pérdidas potencial y poder estimar un resultado económico que le permita seguir adelante. “La estrategia productiva es, en primer lugar, la diversificación. En lugar de aportar un solo cultivo anual tenés dos posibilidades, y eso hace que un mal resultado en uno se compense en el siguiente”.
“En segundo término hay que ser cuidadoso con la toma de decisiones respecto del uso de fungicidas, herbicidas o fertilizantes, e incluso la densidad de siembra, los costos y el rinde te marcan el resultado. Hay que ser cuidadoso con no hacer una apuesta al rinde alto, porque no necesariamente lo vas a lograr. Te diría que es mejor quedarse justo con el gasto”, afirmó.
A pesar de estas dificultades, que se acrecentaron con la pandemia por la dificultad de ingresar a Formosa, cree que la región “tiene un potencial enorme”.
Lamentó que “las políticas no acompañan para que la gente invierta. Tenemos más de mil kilómetros hasta el campo desde nuestra zona de residencia (Pellegrini, Santa Fe), pero aún así queremos seguir invirtiendo para generar también trabajo”.