Comenzó la cosecha argentina de soja y el equipo económico de Alberto Fernández está más que ansioso por las divisas que generarán las exportaciones del poroto y los productos derivados del mismo.
Pero existe un problema: hasta el momento se registraron exportaciones de soja 2021/22 por apenas 182.500 toneladas, cuando los exportadores declararon compras por más de un millón de toneladas.
En lo que respecta a la industria aceitera, hasta el momento registró ventas externas de harina de soja por 4,02 millones de toneladas cuando ya tiene compradas casi 10 millones de toneladas.
¿A qué se debe esta falta de apuro por registrar exportaciones del principal producto de exportación de la Argentina? Pues al hecho de que el valor FOB de la soja fijado por el Ministerio de Agricultura estaba muy elevado respecto de las referencias presentes en Brasil y EE.UU. (las otras dos grandes naciones exportadoras de soja).
Vale recordar que los precios FOB oficiales fijados por el Ministerio de Agricultura diariamente son los que se emplean, al momento de registrar una operación de comercio exterior, para calcular tanto el derecho de exportación por abonar como la liquidación final de divisas una vez concretado el embarque.
¿Qué sucedió entonces? En los últimos días los precios FOB oficiales de la soja regresaron a valores normales con el propósito de incentivar declaraciones de exportaciones de productos del complejo sojero, que son nada menos que la principal fuente de divisas de la economía argentina.
Además del hecho de estar iniciando la cosecha, los precios FOB de la soja argentina deberían ser inferiores a los presentes en Brasil y EE.UU. debido a las dificultades para realizar embarques en las terminales portuarias de la zona de influencia de Rosario, donde una bajante histórica del río Paraná viene complicando las operaciones desde el año pasado.