El uso masificado de biocombustibles es la herramienta óptima para que las naciones en proceso de desarrollo puedan descarbonizar su matriz energética porque no tienen recursos para financiar la electrificación de la movilidad.
Así lo aseguró este miércoles Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara Argentina de la Industria Aceitera (Ciara), durante un panel organizado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en el marco de la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático (COP27) que se está llevando a cabo en Egipto.
“Con los biocombustibles tenemos los recursos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el transporte en una proporción del orden del 70% respecto de los combustibles fósiles”, destacó Idígoras.
El presidente de Ciara destacó la eficiencia presente en el complejo aceitero argentino al contar con grandes fábricas que reciben soja que recorre escasas distancias y producen grandes volúmenes de aceite de soja y de biodiésel cerca tanto de los consumidores locales como de las terminales portuarias de exportación.
“La sostenibilidad del biodiésel es un aspecto fundamental y desde 2008 hemos garantizado que toda la producción de biodiésel argentina derivaba de soja proviene de zonas libres de deforestación”, remarcó.
Idígoras añadió que el aporte del biodiésel debe entenderse con un enfoque integral que considere las capturas de carbono promovidas por buenas prácticas agrícolas y sistemas de producción regenerativos.
“Tanto Argentina como Brasil son muy competitivos para elaborar biodiésel, el cual proviene del procesamiento del poroto de soja para elaborar productos destinados a la alimentación animal, con lo cual no existe incompatibilidad entre alimentos y energía”, resaltó.
Idígoras mencionó que recientemente Ciara, junto a otras organizaciones privadas sudamericanas, firmaron un documento conjunto para solicitar a los gobiernos de la región que establezcan un marco común para promover tanto el uso interno como la exportación de biocombustibles.
El documento, que es respaldado por Abiove (Brasil), ALUR (Uruguay), Biocap (Paraguay) y la Federación Nacional de Biocombustibles de Colombia, entre otras instituciones sudamericanas, cuenta también con el apoyo de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA por sus siglas en inglés), que agrupa a 290 compañías aéreas de todo el mundo.
MANIFESTO BIOCOMBUSTIBLES