¿Vieron ese refrán que dice “A mi me rebota y a vos te explota”? Bueno, la guerra comercial declarada entre las dos principales potencias globales, Estados Unidos y China, debería tener consecuencias en el flujo de comercio de la Argentina, especialmente sobre su principal complejo exportador, el de la soja y sus derivados, ya que los contendientes son a su vez el principal exportador y el principal importador de ese grano.
En este contexto incierto, pues no se sabe todavía a ciencia cierta hasta dónde puede escalar esta disputa comercial, el Instituto para las Negociaciones Agrícolas Internacionales (INAI) comenzó a medir el impacto posible de esta situación global sobre la estructura del comercio de la Argentina, pensando ya de cara a la próxima campaña.
Ver Informe del Instituto para las Negociaciones Agrícolas Internacionales (INAI)
Aplicando diversos modelos, “obtuvimos resultados más a largo plazo, pero sí es interesante para ver qué efectos pueden tener estas medidas. En nuestro análisis, mientras el precio FOB de la soja en Estados Unidos caería 4%, el precio argentino de la soja se vería favorecido en 6,5 dólares la tonelada”, comentó Sofía Perini, economista de Fundación INAI y una de las autoras de dicho análisis.
Escuchá el reportaje completo a Sofía Perini:
“Es muy difícil pensar en que alguien pueda reemplazar la producción de soja de Estados Unidos y el nivel de importación que muestra China”, aclaró de entrada la economista. Aunque luego advirtió que podría haber cambios en la estructura del comercio, pues China aplicó aranceles elevados solamente sobre las importaciones del poroto de soja de Estados Unidos pero no sobre los subroductos, que son los que más exporta la Argentina.
Según evaluó Perini “la Argentina podría aprovechar estos mercados, vendiendo a China por ejemplo, poroto de soja, maíz, trigo, carne bovina y leche en polvo, entre otros”.
El estudio del INAI también analiza los mercados de Canadá y la Unión Europea (UE), que hicieron algo similar a China frente a las decisiones proteccionistas de Donald Trump y listaron una serie de productos norteamericanos a los cuales les impondrían un arancel adicional. “En ese caso, descubrimos que Argentina podría exportar a la UE maní, maíz, poroto de soja y arroz, mientras que a Canadá podría llegar con conservas de carne y confituras o mermeladas”, afirmó Perini.
En medio de una pulseada global, “Estados Unidos comunicó recientemente que impondrá nuevas medidas arancelarias por 200.000 millones de dolares a productos provenientes de China, por lo cual asusta no saber si será tan beneficiosa esta escalada proteccionista. La clave pasa por ver las oportunidades de Argentina en medio de esta guerra”, concluyó Perini.
El INAI funciona gracias al aporte de las bolsas de cereales de Buenos Aires y Córdoba, de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA), del Centro de Exportadores de Cereales (CEC), la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), la Federación de Centros y Entidades Gremiales de Acopiadores de Cereales y la Cámara Argentina de Biocombustibles.