En un contexto de crecimiento sostenido del sector porcino, donde la producción del último año superó las 785 mil toneladas y el consumo per cápita acompañó esa suba, anticiparse a enfermedades de grave impacto en la salud de los animales se vuelve esencial. La ileítis, causada por la bacteria Lawsonia intracellularis y de gran prevalencia en las granjas productivas, es una de las que mayor atención demanda por las pérdidas económicas que puede generar.
Con un impacto directo en la ganancia de peso diario de los animales, esta enfermedad entérica puede ocasionar pérdidas de entre 5,98 y 17,34 dólares por cerdo afectado. El principal riesgo está en sus formas crónicas y subclínicas, es decir sin signos visibles, que dificultan su detección y tratamiento.
En esos casos, el daño ocurre de manera silenciosa: los animales tardan más tiempo en alcanzar su peso de faena, lo que impacta en la eficiencia del sistema y encarece los costos de producción. Eso ha conducido a un aumento en el uso de tratamientos antibióticos, algo que con la creciente regulación internacional se busca disminuir.
Frente a esto, y teniendo en cuenta que la enfermedad tiene una prevalencia que supera el 90% en las granjas porcinas, el tratamiento preventivo con una vacuna aparece como una gran alternativa.
Eso es en lo que trabaja la empresa biofarmacéutica MSD Salud Animal, que desarrolló Porcilis® Ileitis, la primera vacuna inyectable contra esta enfermedad registrada en Latinoamérica, que se aplica en una sola dosis y brinda protección prolongada. Esto representa un avance en el control de la ileítis.
“El uso de esta vacuna permite prevenir de forma efectiva la ileítis, reduciendo las pérdidas productivas y mejorando la eficiencia del sistema. Es una herramienta clave para avanzar hacia una producción más rentable y sustentable”, destacó Guillermo Racca, Gerente Técnico de la Unidad de Negocios de Porcicultura de MSD Salud Animal en Argentina.
Desde la firma indicaron que los estudios realizados con esta vacuna demuestran “una notable disminución en la cantidad y duración de la excreción fecal de Lawsonia intracellularis, lo que reduce la presión de infección en la granja y mejora los resultados productivos en relación con los tratamientos antibióticos convencionales”.
“Este enfoque preventivo no solo mejora el desempeño de las granjas, sino que también responde a los principios de Una Salud, promoviendo prácticas responsables que protegen la salud animal, humana y ambiental”, concluyeron.