En la provincia china de Guangxi, la producción frutícola está experimentando una revolución gracias a la aplicación de tecnología. A través del uso de sistemas de iluminación led y redes ópticas de alta velocidad, los agricultores consiguieron mejorar el rendimiento de sus cultivos, lo que impacta de lleno en la economía de las comunidades locales.
La experiencia inició de la mano de la pitaya, conocida también como “fruta del dragón”, que en aquella provincia abarca una gran área cultivada, llegado a representar un 40% de la producción nacional en 2020.
Dado que aquel cultivo requiere de largos períodos de luz para florecer, cercano a 12 horas diarias, los productores implementaron iluminación artificial en la noche para extender su periodo fotosintético.
A través de bombillas led que emiten luz roja, lograron estimular la floración de las plantas; mientras que aquellas con luz azul permitieron promover su desarrollo vegetativo. Actualmente, esta tecnología ya se encuentra en uso en más de 10 mil hectáreas de ese país.
Pero eso no fue todo. Desde 2017 también se aplica la solución FTTR de Huawei, que gracias a sus redes ópticas permitió automatizar el riego y la fertilización, tareas que hasta entonces se hacían en forma manual, lo que aumentaba los costos productivos.
Sus sensores permiten no solo monitorear en tiempo real la humedad y los nutrientes del suelo, logrando un uso más eficiente de los insumos, sino también controlar la temperatura para mantener las condiciones óptimas en el cultivo. Como resultado, los costos de fertilización se redujeron en casi 2.400 dólares por hectárea al año.
Teniendo en cuenta que Guangxi fue históricamente una de las regiones más empobrecidas de China, lo que impulsó la migración masiva de los jóvenes a las ciudades, la aplicación de tecnología renovó el impulso de la población de agricultores que permaneció en el campo.