Emociones mezcladas: La incertidumbre y expectativas positivas impulsan en encierre en los feedlot a pesar de la llegada de las lluvias
En noviembre el ingreso de hacienda a los corrales fue de 320 mil vacunos, 14% más que en octubre, y esto a pesar de que con los valores que tienen los costos (sobre todo en alimentos) el número no cierra por ningún lado.
Esta demanda para el engorde en los corrales explica en gran medida el repunte que tuvo el valor de la invernada en las últimas semanas, porque si bien es cierto que empezó a llover, los campos de recría recién están empezando a reverdecer y por lo tanto el encierre en los feedlot sigue siendo una herramienta muy utilizada por quienes necesitan vender los terneros.
La apuesta de esos productores es a salir con hacienda al mercado en los primeros meses del año que viene, para cuando se espera la confluencia de varias cuestiones que dinamizarían el mercado.
Por un lado, la oferta de ganado para la faena sería baja y eso impulsaría los precios. Además se espera la liberación de los mercados ganaderos y la desregulación de trabas para exportar carne vacuna.
En tal sentido, el secretario de Bioeconomía, Fernando Villela, dijo que se buscará generar la mayor cantidad de desregulaciones posibles para mejorar la competitividad del negocio agroindustrial.
Por otra parte se espera que el nuevo gobierno impulse el cierre de la brecha cambiaria, además de la quita de derechos de exportación y demás intervenciones en los mercados. Allí también desaparecerá el abastecimiento forzoso al mercado local de cortes cárnicos a precios menores a los reales, a través del programa Precios Cuidados.
También juega la incertidumbre, porque más allá de que el sector recibe al cambio de gobierno con buenas expectativas, nadie tiene en claro si las promesas de Javier Milei se cumplirán ni cuándo. Mientras tanto, la moneda local se sigue devaluando por lo que la tenencia de ganado es una forma de capitalización.
Si vamos a los números del negocio, el ternero que están comprando los feedlot vale entre 1400 y 1600 pesos según su peso. En tanto, el valor del kilo de alimento ronda los 1.600 pesos y el de venta de gordo actual es de 1000 a 1300 pesos. Hoy se pierde plata -mucha- si se tienen en cuenta esos números.
La apuesta es que al momento de salida de la hacienda que está llenado los corrales, valga bastante más que ahora. Su precio por kilo debería ser no inferior a los 2.000 pesos si se le suma el costo financiero. La mejora llegaría un poco por el efecto de la menor oferta y otro tanto por las correcciones macroeconómicos que supuestamente haría el nuevo gobierno.