Desde que regresaron las retenciones a la exportación y el control de divisas a las empresas cerealeras, luego de la crisis de 2001 y la feroz devaluación de 2002, nunca hubo un mes de febrero donde las agroexportadoras inyectaran tantos dólares a la economía como el que acaba de concluir. Esto refleja los altos precios internacionales de los commodities agrícolas, aún incluso antes de que estallara la guerra entre Ucrania y Rusia.
Terminado el mes, como es su costumbre desde 2002, la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), dieron a conocer la liquidación de divisas de sus empresas asociadas, que representaron el 48 % de las exportaciones argentinas el año pasado. Fueron 2.500 millones de pesos, casi redondos, Según la entidad, por eso resultó “el mejor mes de febrero de los registros de los últimos 20 años”.
Con esta inyección de dólares comerciales -que deben ser convertidos obligatoriamente a pesos en el Mercado Oficial de Cambios- el monto liquidado desde que comenzó 2022 asciende a 4.942 millones de dólares.
“Los precios internacionales mantuvieron su tendencia alcista, aunque los embarques fueron afectados por la persistente bajante del río Paraná, que reduce las cargas en los puertos de up river (río arriba) así como condiciones climáticas cambiantes”, explicó Ciara-CEC en un comunicado.
Allí repitió el mismo latiguillo de siempre: que la liquidación de divisas del sector está “fundamentalmente relacionada con la compra de granos que luego serán exportados ya sea en su mismo estado o como productos procesados, luego de una transformación industrial”.
El complejo oleaginoso-cerealero, incluyendo al biodiésel y sus derivados, aportó el año pasado el 48% del total de las exportaciones de la Argentina, según datos del INDEC. El principal producto de exportación continuó siendo la harina de soja (14,2 % del total), que es el principal subproducto de la molienda de ese cultivo.