El de ArreBeef no es el típico conflicto entre empresa y empleados, sino que se generó a partir de una interna gremial originada porque muchos de los trabajadores del frigorífico no se sienten representados por el sindicato que los contiene y cuya titularidad sigue a cargo de Luis Alberto Pérez, cuyo mandato venció a fines de octubre de 2020, pero, pandemia mediante, sigue formalmente en su cargo porque se retrasaron las elecciones gremiales.
La oposición a la gestión de Pérez la lleva adelante Juan Marcelo Cardozo, empleado del frigorífico desde 2007 y uno de los referentes de las movilizaciones realizadas en los últimos meses.
Cardozo es por estos días el que levanta el megáfono y comunica lo sucedido a los demás trabajadores (o ex trabajadores) que lo siguen. El foco de conflicto surgió en el sector de despostadores, pero luego se extendió a otras áreas.
Los trabajadores que reclaman un cambio en la conducción gremial sostienen que recibían descuentos en sus salarios y que Pérez no los defendió como corresponde. El “clima” empeoró cuando se retrasaron las elecciones a las que debió llamar el sindicato adscripto a la Federación Gremial que preside Alberto Fantini. Se creó incluso la llamada Lista Roja de la Carne, que se define en su cuenta de Facebook como “un espacio de organización y lucha de los trabajadores por la recuperación de su sindicato de la carne”.
En diálogo con Bichos de Campo, Pérez, quien sigue siendo el prosecretario gremial del Sindicato de Trabajadores de la Carne Zona Norte de la Provincia de Buenos Aires, dijo que “se debía votar a finales de octubre de 2020, pero la pandemia retrasó todo. El Ministerio de Trabajo las pasó para enero de 2021, pero ahora las alargó para agosto de este año”.
Pérez, que está en el gremio desde hace 35 años, consideró que “la Lista Roja no existe porque es gente que no tiene representatividad gremial” y agregó que durante el conflicto “miembros del gremio fueron tres veces a la planta (de Arrebeef) para intentar dialogar; luego fue el intendente de Ramallo, Gustavo Perie; luego el presidente de la empresa, Hugo Borrell, pero no hubo éxito. A Borrell no lo dejaron ni hablar y tampoco ellos se comunicaron conmigo ni quieren hacerlo, aunque creo que esto se arregla dialogando”.
“Hugo Borrell tiene una empresa que él define familiar y que en mayo próximo va a cumplir cien años. Hoy lamentablemente la empresa no está operando porque ellos (en referencia a los integrantes de la “Lista Roja”) dicen que no se está pagando la escala a nivel nacional que Fantini tiene por convenio. Pero eso es mentira porque se está cumpliendo con todo lo que exige la ley”, argumentó Pérez.
El actual delegado regional del Sindicato de Trabajadores de la Carne remarcó que “tampoco es claro lo que piden, porque un día dicen una cosa y al otro día dicen otra; algunos piden una suma fija mensual básica de 90.000 pesos por mes, cosa que ningún gremio de la carne ofrece. Hay empresas que acá trabajan bien y ese número se saca y mucho más también, pero todo depende de muchos factores”.
En lo que respecta a los salarios percibidos en Arrebeef, una de las quejas de los trabajadores que se oponen a su conducción gremial, Pérez manifestó que “ellos dicen que ganan menos de 30.000 pesos, pero ese es el monto que se les paga por quincena. También tenemos que pensar que todo esto depende del proceso que tenga la faena, a veces hay poca faena y en otras épocas del año hay más”.
Gentileza foto: Ramallo Informa
El delegado gremial sintetizó que “hoy la empresa está parada. Con el dueño venimos dialogando hace seis meses y de hecho hasta estábamos por llegar a un acuerdo de partes hasta que pasó esto”.
“No tenemos que tirar más leña al fuego. Yo quiero destrabar este problema del mejor modo, empezar a trabajar y luego sentarnos en una mesa y arreglar. Es una picardía que el frigorífico esté cerrado y que ocurra algo parecido en el frigorífico Santa Elena de Entre Ríos”, concluyó Pérez en referencia a la suspensión de 37 trabajadores durante una quincena por la baja disponibilidad de hacienda para faenar.
Del otro lado de la vereda, en torno al conflicto del frigorífico Arrebeef, está Juan Marcelo Cardozo, quien asegura que, durante el conflicto, tuvo gestos de buena voluntad, tales como desalojar la planta para permitir que la familia Borrell pueda retirar los animales que estaban en los corrales y dejar salir los camiones con la carne ya procesada.
Cardozo comentó que no acataron la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo porque, en tal caso, “la patronal y el sindicato iban a hacer acuerdos donde seguiría todo igual y nos mandarían a trabajar”.
El conflicto generó un nivel de hartazgo tan grande que a fines del mes pasado Hugo Borrell anunció públicamente frente a los trabajadores que había tomado la decisión de cerrar la empresa actualmente gestionada por sus hijos.
“Mis deudas las voy a pagar todas; ellos están en conciliación obligatoria y sé quiénes son a los que no le voy a pagar la indemnización, porque, al estar en conciliación obligatoria, deberían haber estado trabajando”, aseguró a Bichos de Campo.
Otro de los actores clave en este conflicto es Cristian Cardozo, que nada tiene que ver en parentesco con Juan Marcelo Cardozo. Cristian se desempeña como empleado del sector logística del frigorífico desde 1996 y es al mismo tiempo concejal desde el 2017 en el espacio Juntos por el Cambio por la localidad de Pérez Millán.
Él fue otro de los que se puso al frente de la protesta que se inició a principios de febrero y que desde entonces paraliza la producción de la planta.
“Está contemplado en la carta orgánica municipal que una persona pueda desempeñar una función en la esfera pública y en la privada; entonces yo trabajo tres horas en el frigorífico y el resto en mi función pública”, aclaró para disipar dudas sobre su doble función.
En diálogo con Bichos de Campo, el concejal y empleado de Arrebeef pidió “que Luis Pérez tenga un gesto de grandeza y haga un paso al costado. Yo mantengo diálogo permanente con los trabajadores y me dicen que si Luis Pérez se va, tendremos mejores condiciones para negociar. Si él renunciara vendría la Federación de la Carne, intervendría el sindicato, se llamaría a un interventor y a elecciones. Pero en este momento estamos todos fuera de negociación”.
“Pérez nunca mostró el estatuto ni los balances y siempre boicoteó sus elecciones. En este trabajo en serie donde trabajan uno al lado del otro y en un contexto de pandemia fuerte, Arrebeef siguió trabajando porque se compraron todos los elementos habidos y por haber para seguir los protocolos; entonces yo me pregunto ¿Si los trabajadores fueron a trabajar incluso durante el mayor pico de pandemia, me van a decir que no se puede realizar una elección de autoridades de sindicato?”, retrucó el concejal Cardozo.
Para no dejar dudas, Cardozo dijo que el reclamo es “que venga la Federación de la Carne a tomar cartas en el asunto o que se llamen a elecciones en el sindicato para reemplazar a Luis Pérez”.
A través de su cuenta de Facebook, Cardozo hizo un video en donde resaltó que “el reclamo fue callado por décadas, en algunos casos por la indiferencia del representante del sindicato de la zona norte de Buenos Aires, Luis Pérez, y en otros casos por la prepotencia de esa misma persona”.
“Quizás estas medidas de fuerza no fueron legalmente correctas, pero tienen que entender que lo único que sabe hacer el trabajador de la carne es ir a cortar el carne. No hemos tenido otra posibilidad y yo mismo no puedo mostrar los títulos universitarios. Por eso siempre me pongo como ejemplo, porque no tengo propiedades ni una suculenta cuenta bancaria, lo único que tengo para mostrar, y es mi mayor tesoro, es que hace 25 años pongo el lomo adentro del frigorífico”, enfatizó.
Para el concejal y empleado logístico del frigorífico “no hay un nexo de diálogo. La entidad que debe establecerlo es el sindicato, que es lo que justamente no tenemos, porque este representante sindical, en lugar de encargarse de defender al obrero, lo sometió y patoteó durante mas de 30 años sin tener una lista opositora y sin mostrar nunca un solo balance de los miles y miles de millones de pesos que aportó el trabajador a las arcas del sindicato, guardando el estatuto bajo cincuenta llaves para que no sepa cuáles son sus derechos laborales”.
“Ahora Pérez quiere mostrarse como víctima, cuando las víctimas somos nosotros. Por favor, queremos dialogar y hablar. Soy un padre desesperado que está a punto de perder su trabajo y el de muchos vecinos, amigos y compañeros de trabajo desde hace años”, concluyó.
El frigorífico Arrebeef de casi un siglo de vida se ubica entre los tres más importantes de la Argentina y con más de mil empleados en su planta es el principal sustento económico de la localidad de Pérez Millán. Su cierre, si se concreta, tal como amenazó el dueño, agotado por los tironeos sindicales, generará un drama social en esa comunidad del norte bonarense.