En el vecino Paraguay son poco más de una decena los productos que integran la lista de alimentos orgánicos que este país exporta y también trata de posicionar en el mercado local. Las producciones, que van desde yerba mate hasta la soja orgánica, provienen del trabajo de unas 8.000 familias vinculadas a cooperativas y organizaciones de productores que conforman la Asociación de Productores Orgánicos (APRO).
La institución les permite a los pequeños agricultores conectarse directamente con los consumidores y mejorar sus ingresos.
“En Paraguay estamos 14 organizaciones de productores, siete ONG y siete empresas agroindustriales y exportadoras de productos orgánicos. Exactamente somos esas siete cooperativas y siete asociaciones que conforman el universo de productores” que certifican sus productos como libres de agroquímicos y transgénicos, comentó Genaro Ferreira, el presidente de APRO, a Bichos de Campo.
“Además tenemos una lista de casi 12 productos que son yerba mate, azúcar, maracuyá…Tenemos las hierbas medicinales, chía y sésamo. Anteriormente se hacía algodón y también producimos soja orgánica”, amplió la descripción sobre el sector.
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Si bien esta diversidad de producciones está orientada sobre todo a la exportación, Ferreira dice que el consumo de alimentos orgánicos en el Paraguay ha calado muy fuerte en la sociedad. Por eso, desde su fundación la asociación que preside, ha puesto los ojos en el mercado interno, sobre todo con productos procesados.
“En 25 años de vida institucional, nosotros siempre hemos apuntado al mercado local. Desde el año 2000, unos 300 agricultores estamos apuntando a estos tres nichos: mercado, tiendas y el delivery”, precisó Ferreira, quien es productor de frutillas y hortalizas orgánicas, porque está convencido que ya no es viable y mucho menos rentable seguir atados a la agricultura convencional.
“Ya no da más para seguir produciendo en forma convencional por el alto costo y por el grado de contaminación que se vive en las fincas. La invasión de los sojeros, monocultivos ya no permite vivir bien. Entonces ya no queda otra alternativa, porque si quiere ingresar a un mercado, ya sea en su distrito, en su zona, la exigencia es muy alta, Entonces solamente organizándonos se puede competir con lo convencional y buscar otro nicho de mercado”, precisó.
-¿La APRO como organización certifica que esos productos sigan determinadas formas de producción agroecológica orgánica?
–La APRO está acreditada como operadores y certificadores para la producción orgánica. Desde el año 2013 hemos empezado con 30 agricultores y ahora ya vamos por casi los 1.000 que están en proceso (de certificación orgánica, porque productores “agroecológicos” son muchos más). Hemos hecho ese acompañamiento para fomentar fomentar la producción agroecológica orgánica hasta que la gente llegue a producir en cantidad y calidad.
“Generalmente se tienen dos conceptos de la producción orgánica: que es caro y que una producción orgánica debe ser chiquita, no debe tener calidad. Sin embargo acá nosotros tenemos que llegar a la calidad aplicando todas las tecnologías de la producción agroecológica. No vendemos un producto, vendemos una historia con ese producto y además vendemos salud. Lo que le ofrecemos a la gente es para mejorar su salud y eso ya lo hemos logrado acá en Asunción”, continuó diciendo.
-¿A vos como productor, la concepción de producir de forma orgánica, te ha cambiado la situación económica?
–Totalmente. Es negocio ser un productor agroecológico. Lo que la APRO hace es colocar directamente el producto de la gente al nicho de mercado y no le descuenta al productor. Acá en Paraguay nosotros hemos posicionado el precio del producto orgánico por encima de lo convencional un 20 o 25%, y eso lo traslada directamente el productor. Entonces el productor si vende su tomate, el 100% de lo que vende es para él. Aparte ganás mejorar tu calidad de vida, la salud, el medio ambiente, porque a eso está obligado a no contaminar el suelo, el agua y respetar toda la cultura. Todo eso tratamos de de aportar a nuestra planeta.