En enero de 2020, la planta frigorífica de la empresa porcina Cabaña Argentina, ubicada en el partido bonaerense de General Las Heras, se incendió por completo y quedó destruida. Por ese entonces, en la Argentina se discutía con mucho énfasis y poca información sobre un posible acuerdo con China para que se instalaran aquí una docena de enormes proyectos para producir carne de cerdo.
Quizás aquel contraste activó cierta rebeldía en los empresarios locales que habían sufrido con el siniestro. ¿Por qué los chinos sí y nosotros no? Lo cierto es que hoy presentaron una nueva planta frigorífica que costo 35 millones de dólares y que tiene el doble de capacidad que la anterior. Poco tiene que envidiarle a aquellos proyectos chinos que finalmente nunca llegaron pero que provocaron enormes discusiones improductivas entre nosotros.
El proyecto integra a tres empresas bien argentinas. Una aportará parte de los cerdos y se llama Criadero Pacuca, un mega criadero que funciona en la cercana Roque Pérez y pertenece a la familia Blaquier. Luego está Pacuca Bioenergía, que a partir de los desechos de ese criadero abastece a una ciudad de 5 mil habitantes generando biogás que luego se transforma en energía eléctrica. Finalmente aparece este frigorífico que se denomina Carnes Porcinas Seleccionadas. El circuito de producción completo, con un diseño pensado en el creciente consumo local de esa carne y también en la exportación de cortes porcinos, pero en manos de empresarios locales.
Daniel Fenoglio, el empresario a cargo de este anhelado proyecto, mostró la planta reconstruida (o mejor dicho reinventada) a un grupo de periodistas entre los que estaba Bichos de Campo. Lucía tan exultante como las cifras que puso a consideración: en el predio de 38 hectáreas totales, la superficie cubierta de la nueva planta ocupa 18 mil metros cuadrados, pero hay además 3.600 metros cuadrados de corrales. Cuando se ponga a funcionar, dentro de un mes, habrá aquí 240 personas trabajando.
¿Trabajando en qué? La planta tiene una capacidad de faena de 40 mil cerdos al mes, lo que equivale a la posibilidad de producir unos 140 mil kilos de carne cada día. Cuando comience con un solo turno de trabajo de 8 horas, los cinco días hábiles de la semana, podrá procesar 2 mil cerdos por día (a razón de 250 cabezas por hora). Pero esa capacidad de trabajo puede duplicarse fácilmente si fuera necesario.
En total, cada mes esta planta estaría en condiciones de volcar al mercado unos 3,4 millones de kilos de cortes porcinos, que subirían a 4 millones si se consideran también otros órganos y se procesa incluso menudencias y sangre.
Buena parte de los cerdos llegarán desde el criadero Pacuca, donde además se produce la energía renovable. Pero esta planta está pensada para prestar servicios no solo a esa granja sino a terceras empresas. De hecho, Fenoglio mencionó que ellos vendieron parte de las acciones a un grupo de productores que le aseguran al menos la mitad de la faena proyectada. El grupo con el que se asociaron es “5 L”.
De todos modos, más allá de este esquema asociativo, lo más novedoso que presenta este proyecto es su capacidad de enfriado, un rasgo deficitario en la industria porcina local. La planta dispone de un túnel de congelado con capacidad para 1,67 millones de kilos de carne, lo que la hace ideal para la exportación.
Los empresarios estiman que el fuerte de su actividad vendrá de grupos de productores interesados en incursionar en los mercados externos que empiezan a aparecer -aunque muy lentamente- para la carne porcina. En un esquema ideal, Fenoglio aspira a que el 30% de los cortes tengan destino fuera del país.
Habrá, de todos modos, que esperar unas semanas más. La planta frigorífica estaría operativa recién en unos treinta días, y a partir de allí se pueden pedir al Senasa las habilitaciones correspondientes para poder exportar e ingresar a diferentes mercados.
Una de las grandes ilusiones, no solo de este grupo sino de todo el sector, es que finalmente sea viable exportar menudencias porcinas a China, que es el gran demandante de esos subproductos de la faena. El protocolo sanitario ya está firmado, y permitiría canalizar hacia allá también patas, cabezas y manos de cerdo a valores cercanos a los 2.500 dólares por tonelada, es decir cinco veces superiores a los 500 dólares que actualmente se obtienen por los envíos hacia África.
Pero falta el aval político, la última firma, para que se destraben los negocios. Si así fuera, los chinos volverán a decir presente, pero solo como clientes. Según Fenoglio, para destrabar ese comercio estarían esperando una visita del presidente Javier Milei a aquel lejano país, al que fuera invitado oportunamente por el líder Xi Jinping. Ya no serán ellos los que nos colonizarán con sus mega granjas porcinas. Debemos ser nosotros los que vayamos a conquistarlos.
No existe un local q ponga esa suma