Escuchar a Gabriel en Cosas del Jardín, un “youtuber” o mejor dicho un “huertuber” que habla de este tipo de cosas en esa plataforma, es una experiencia agradable y enriquecedora, y mucho más si eso incluye una visita a su jardín, muy particular por cierto. Luego de esa visita no caben dudas de que el mismo tiene su esencia en cada planta, en cada flor y la disposición de cada una de ellas.
De Raíz fue al jardín de Gabriel, que en realidad evolucionó a la par de su canal de YouTube, el cual ya superó el millón y medio de seguidores. Ubicado en Tigre, dicho espacio verde requirió de ciertas concesiones dentro de su familia.
En este video recorremos el jardín de Gabriel:
“Yo siempre digo que hay que ir negociando espacios de jardín en todo nivel, porque, por ejemplo, a una persona que le gustan las flores le toca negociar espacios con su hijo al que le gusta jugar a la pelota y decir: ´bueno, de acá para acá no te metas´. Bueno, mi jardín va evolucionando con esa preponderancia”, confesó a De Raíz.
Entre risas y no tanto, Gabriel agregó que tiene un problema, sobre todo en primavera, cuando opta por llenarse de macetitas variopintas, improvisadas en envases de todo tipo, de crema, dulce de leche, de envases de helado en telgopor, lo que se les ocurra. “Es algo que a mi mujer no le gusta y encima el mejor lugar para ponerlas es en la galería. Entonces con ella es una pelea sana, un tira y afloje constante sobre dónde dejarlas”, reconoció.
El “huertuber” contó también que los primeros canteros o bancales de su huerta comenzó haciéndolos él mismo, valiéndose de pallets y durmientes del techo de madera que les sobraron. Pero cuando empezó a meterse en medio del jardín se dio cuenta que no podía poner algo tan casero. “Me gusta que lo que se vea sea bonito”, indicó.
Otro problema no menor que puede presentarse en la huerta es la presencia de mascotas. Eso a Gabriel le tocó vivirlo en primera persona. “Mi hija tiene un gato que es impune; donde ve tierrita suelta hace el pozo y deja su caquita. Lo molesto es el pozo que deja, porque con ese pozo se van los plantines de lechuga y espinaca. Empecé poniendo palitos y espinas de limonero para que el gato no se subiera, pero le importó tres pepinos”, contó resignado.
En este video Gabriel nos explica cómo hace para ahuyentar a los gatos de la huerta:
“El tema es que yo vivo de esto, por ende necesito que la huerta esté bien y mostrar que las cosas funcionen”, agregó. ¿Y cómo solucionó el problema? “Hice rejas con mallas y alambres de gallineros, algo que se hace rápido dentro de todo, deja pasar la luz y la verdad es que a mi me solucionó la vida”, manifestó.
Pero como buen samaritano, Gabriel afirmó que no dejó en banda a su gato. “Le hice un arenero para que se dirija allí. Soy un estudioso del comportamiento de los gatos y hasta tengo un video de YouTube donde explico cómo hacer para evitar que el gato vaya a las plantas”, resumió entre risas.