No caben dudas de que el sector alimenticio se benefició con la pandemia. La gente no tenía mucho más que hacer y además buscó alimentos que les permitieran sentirse más saludables.
Uno de los sectores beneficiados fue el de los cítricos, que durante ese año tuvo buena rentabilidad como fruto del incremento de sus ventas. Luego vinieron dos años malos y ahora el sector vuelve a sacar la cabeza por sobre el nivel de flotación.
Esto queda a las claras de acuerdo a lo que explica el productor entrerriano Fernando Borgo, quien contó a este medio que están cobrando entre 70 y 80 pesos por el kilo de fruta, con costos que están en torno a los 50 o 60 pesos. Esto tiene mucho que ver con el atraso de la cosecha, consecuencia de los daños provocados por la sequía, que afectaría la cantidad a ofertar.
“La situación mejoró y el precio es bueno con respecto a los promedios del año pasado, cuando operamos por debajo del costo. A la hora de hacer la rentabilidad, la situación no es tan buena, pero igual el número da positivo en las primeras variedades que estamos cosechando. Se puede decir que por ahora los precios compensan la caída en producción” dijo Borgo.
En este contexto comenzó la cosecha que tiene un retraso de un mes, con los ojos puestos en el futuro, cuando se generalice la oferta y aparezcan más productos y variedades, ya que las de ciclos más largos fueron menos afectadas por la falta de agua.
El productor y dirigente de la Federación del Citrus (Fecier) además se refirió al Dólar Agro, donde los cítricos dulces fueron recientemente incluidos. Borgo dijo que no es la medida que requiere el sector: “La medida no va a tener un impacto significativo. De lo que producimos, el 70% se consume en fresco, el 20% va a la industria y cerca del 7 u 8% se exporta. Tenemos niveles bajos de exportación, y por lo tanto no mejorará el ingreso a la cadena”, precisó.
Es decir que para las empresas exportadoras si habrá un beneficio, pero no va a cambiar la ecuación para el agricultor.
Borgo además indicó que por los plazos establecidos “la mayoría de los exportadores no van a poder sacar un gran beneficio, porque los primeros embarques se podrían preparar para fines de abril o inicios de mayo, y el dólar agro dura hasta fines de agosto. Los negocios se hacen a 60 días, así que no daría el plazo para liquidar las divisas”.
La medida determinó un tipo de cambio de 300 pesos por dólar liquidado, pero en los últimos días escalaron las demás cotizaciones y se amplió la brecha cambiaria: “Además, si pudiéramos llegar a liquidar a ese valor en algún momento, quizás el dólar oficial tenga un valor cercano a los 300 pesos”, finalizó Borgo.