Los recuerdos de la sequía de la campaña gruesa del año pasado quedarán grabados a fuego en todo aquel que sembró algo durante el verano del 2023.
Incluso ya con un panorama climático distinto al mencionado, hay una serie de efectos adversos que generó la falta de precipitaciones de aquel entonces, sobre todo en lo agronómico, que salen a la luz en la actual campaña.
Es que gracias a un informe que publicó la Bolsa de Cereales de Córdoba, se dio cuenta de una caída en la calidad de la semilla de soja que se está usando ahora, especialmente en el poder germinativo de la misma, que cayó significativamente.
La entidad cordobesa explicó que durante la campaña 2022/23, un 97 % de las muestras analizadas se encontraron sobre el estándar de comercialización del INASE (Instituto Nacional de Semillas), mientras que en la campaña 2023/24, el porcentaje de muestras sobre estándar fue del 88%.
Esta caída en la calidad se debe a las extremas condiciones de estrés que sufrió la semilla en planta madre durante la campaña pasada, combinando heladas, extremas sequías y olas de calor.
“El mayor impacto en la caída de la calidad se observa en el rango de calidad excelente, que se estableció para resultados de PG (poder germinativo) del 96 % al 100 %. En 2022/23, hubo un 39 % de semillas en este rango de calidad; mientras que en 2023/24 fue del 26 %”, dijeron.
Como consecuencia de esta disminución del poder germinativo de la semilla, desde la BCCBA explicaron que la calidad de implantación también se vio afectada, siendo entre regular y mala en el 14 % de los casos.
Se definen rangos de calidad considerando como valor “aceptable” todos aquellos resultados que igualen o superen el valor de estándar de comercialización del INASE, establecido en un 80%.
Foto de portada: Soja en Alcira Gigena-27-12-2023
Fuente: colaborador DIA (BCCBA)