La Federación Olivícola Argentina (FOA) encendió esta semana una alarma a partir del incremento en las tarifas eléctricas, que en promedio llegaría al 62%. En un comunicado, la entidad habló del “riesgo de desaparición” de esa economía regional clave para La Rioja, Catamarca, Mendoza y San Juan.
“La olivicultura es una actividad electrointensiva, cuya producción -tanto de aceitunas de mesa como de aceite de oliva-, se exporta casi en su totalidad (80% aproximadamente). Esta industria debe soportar elevados costos internos, atraso cambiario, y leyes laborales cuyas modificaciones no repercuten en el análisis numérico, escenario al que ahora se suma este incremento que agrava una situación ya difícil e histórica”, afirma el documento presentado al Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo.
El sector lógicamente pide un tratamiento diferencial, debido a su alta dependencia al riego por bombeo. “Podrán verificar nuestro reclamo permanente de una tarifa eléctrica para las regantes agrícolas eléctricamente dependientes, junto al registro nacional de regantes, de manera que se contemple esta especial característica de producción como se lo ha hecho ya para las industrias y para los usuarios domiciliarios en similar situación”.
Desde la Corporación Olivícola Riojana, Diego Andrada, se refirió al último aumento registrado en la tarifa del servicio eléctrico. “El 90% del agua para la producción agrícola se obtiene por captación subterránea, siendo el principal insumo la energía eléctrica. Hoy el aumento en la tarifa, que es superior al 50%, nos afectará en la próxima campaña. Será un año de baja, es una situación límite, complicada de enfrentar”, dijo el empresario.
El documento de la FOA, firmado por su presidente, Julián Clusellas, reclama que se analice con urgencia el asunto. “Caso contrario, y dentro de un marco que dista mucho de la realidad y aún más, de nuestras expectativas, se deberá asumir la responsabilidad de imposibilitar nuestra producción a punto tal de arriesgar su futuro inmediato”, se advirtió.
Este comunicado y otras gestiones emprendidas por el sector fueron resultados de una cumbre realizada días atrás en Chilecito, La Rioja. Los temas centrales allí fueron los problemas que sufre la exportación de aceitunas de mesa a Brasil y las nuevas tarifas de energía eléctrica. La economía olivícola en esa provincia mueve unos 60 millones de dólares al año.
Respecto de los problemas para vender la producción, en la reunión se eplicó que en Brasil las aceitunas argentinas compiten con el producto que ingresa al vecino país desde Egipto a precios menores por tonelada, gracias a un acuerdo entre el Mercosur y ese país norafricano.
El titular del CIOLaR, José Hilal, manifestó que “hace un par de años que venimos anunciando que los brasileros estaban ingresando aceitunas sin aranceles de otros mercados violando así la normativa. Ahora, con la vigencia del Tratado de Libre Comercio, desde octubre de este año la importación está permitida y va reduciendo el arancel progresivamente, que en tres años llegará a ser del 0%. Además España triangula a través de Egipto y también están invirtiendo para poner fabricas ahí”, advirtió.