En el marco del proyecto de cooperación internacional FO.AR, un equipo de especialistas del Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola (IMyZA) del INTA, del Conicet, y del Instituto de Biotecnología Etíope (EBTI), comenzaron a trabajar en la obtención de biofertilizante a partir de bacterias y hongos nativos de aquel país africano, con el objetivo de reducir el uso de fertilizantes sintéticos en la agricultura y mejorar la productividad.
“Como punto de partida, se recolectaron muestras de suelos de diferentes regiones de Etiopía con el objetivo de aislar hongos micorrícicos. Por un lado, se evaluó la capacidad que presentan estas micorrizas de favorecer el desarrollo y sobrevida en forestales y, por otro, se evaluó de manera conjunta las micorrizas con una Bacillus subtilis (bacteria PGPR) la capacidad de promover el crecimiento en cultivos hortícolas”, explicó Mariana Puente, coordinadora del Proyecto FO.AR. e investigadora del Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola (IMyZA) del INTA.
El trabajo, que apuntó también a la capacitación investigadores etíopes en técnicas de aislamiento para la obtención de microorganismos relacionados al desarrollo de biofertilizantes, implicó la realización de distintos ensayos de interacción en macetas que tenían como sustrato suelo sin esterilizar y fueron conducidos en invernáculo.
Según dieron cuenta desde INTA, en los ensayos se determinaron distintos parámetros relacionados con el crecimiento de los cultivos evaluados, entre ellos altura de planta, número total de hojas, longitud de las raíces, biomasa fresca y seca de parte aérea y de raíces.
Por otro lado, se cuantificó la densidad de esporas en el sustrato, y la colonización y dependencia micorrícica.
“El siguiente paso consiste en realizar ensayos a campo para verificar los resultados obtenidos en condiciones controladas y establecer una colaboración con una empresa del sector para desarrollar bioinsumos a partir de las cepas y consorcios valuados, lo que permitirá llegar a los productores etíopes de manera efectiva”, señaló Puente.
El resultado del trabajo realizado fue el aislamiento de diversas cepas bacterianas del género Bacillus y hongos micorrícicos.
“Este material fue utilizado para la realización de numerosos ensayos de interacción planta-microorganismo con resultados que quedaron plasmados en dos publicaciones internacionales: Inoculation of Native Arbuscular Mycorrhizae and Bacillus subtilis Can Improve Growth in Vegetable Crops y Indigenous mycorrhizae from ethiopia improve tree growth and seedlings survival contributing to the green legacy program de Tropical and Subtropical Agroecosystems”, celebraron desde INTA.