Este año el clima y el coronavirus le jugaron bien en contra a los productores ovinos de la Patagonia. Aunque la gran cantidad de nieve caída quebró una sequía que ya llevaba varios años y que será provechosa para el rebrote de los pastos en la Primavera, este fenómeno dejó a una cantidad importante de cabezas ovinas aisladas, sin acceso a los alimentos y a veces directamente sepultadas bajo la blanca capa de nieve. En las provincias de esa región se estima que hay unas 7 millones de ovejas.
Para el ganadero de la zona, que sabe lidiar contra el clima, la novedad fue pelearla económicamente contra el impacto del virus en el negocio de la venta de lana.
Carlos Mardones es uno de los directivos de la Cooperativa Indígena Lanera de Ingeniero Jacobacci, ubicada en la llamada “linea sur” de Río Negro. La entidad agrupa a pequeños productores de ovinos y caprinos de la región. Al momento de la nota con Bichos de Campo lo encontramos cargando el último lote de lana vendido a fines de junio. Esa cooperativa fue muy innovadora, al poder hacer las primeras subastas públicas para evitar vender su producción: ponen un precio que cubra sus necesidades y reciben ofertas. Solo venden su stock si obtienen la cotización que pretenden.
Mirá la entrevista a Carlos Mardones:
Antes de la pandemia, los productores nucleados en la cooperativa pudieron vender lana en enero y también la que se obtiene de la esquila pre parto. Pero la cosa se complicó con la que se obtiene post parto de las ovejas.
“Hicimos un intento de venta y no era el mejor precio, así que decidimos atrasarlo unos días para tratar de colocarla en una nueva licitación y justo nos cayó el Covid y no pudimos comercializarla”, contó Carlos. Es que con la crisis sanitaria mundial, se detuvo de golpe la demanda desde la industria textil.
Mardones explicó que tuvieron que esperar casi hasta el ingreso del invierno para colocar esa producción de la campaña anterior. Recién el 29 de junio pudieron organizar una subasta con otras cooperativas con las que se reúnen para armar una especie de pool de venta, con la intención de hacerle contrapeso a la demanda.
“Cediendo en las condiciones de pago y dando más posibilidades de pago a los compradores pudimos hacer una venta en plena pandemia que superó nuestras expectativas. A la semana siguiente, cayó el mercado y el que no vendió hoy está complicado”, relató.
Mardones describió también el impacto del otro gran problema de este año, el clima: “Ahora cedió la nieve porque los días se hicieron más largos. Pero hay zonas, más hacia la cordillera, que siguen complicadas. La mayoría tuvo pérdidas, pues hay partes con más de un metro de nieve”, contó.
Los golpes del clima venían pegando desde años previos: “Venimos de tres años de seca y nos agarra este invierno con los animales en malas condiciones corporales que fueron afectados por la nieve, la lluvia y el frío”.
La Cooperativa Indígena de la localidad de Ingeniero Jacobacci, en Río Negro, está compuesta por un grupo de 200 pequeños productores dedicados a la actividad caprina y ovina. La localidad queda a unos 200 kilómetros de Bariloche.