Carlos Levin es un experimentado productor apícola, que ya lleva 48 años en la actividad. Tiene 61 y cuando tenía 13 años su padre lo introdujo en la actividad al regalarle 32 colmenas. Dice que no se arrepiente y es un apasionado de la actividad. “Es mi forma de vida”, aclaró.
¿Cómo leirá a los productores de miel frente a la devaluación, la quita de reintegros y otros cmabios económicos? Bichos de Campo consultó al avesado productor de miel, que contestó: “El productor de miel es un bicho de campo como la abeja, siempre con el desafío de buscar el alimento y pensando que la cosecha será mejor y los mercados estarán a favor”.
Y agregó: “El productor de miel es muy bueno, sabe producir muy bien. Lo que le falta es profesionalizarse, tiene que pasar a ser un empresario Pyme agroindustrial, en donde el valor agregado, la diferenciación sea lo buscado. Se pueden hacer tantas cosas en la apicultura, miel, polen, propoleo, jalea real, núcleos, etcétera”, detalló. “Se pueden diferenciar por zonas, ademas”, añadió.
Aquí la nota completa con Carlos Levin:
“El agro y la industria estaban divorciadas y prohibidas en nuestro país, pero ya no. Desde CAME (Cámara Argentina de la Mediana Empresa) estamos tratando de romper el paradigma de gran exportador de miel. Hay que incursionar en otras herramientas, como orgánico, kosher y halal”, señaló Levin.
Por último destacó: “Hay que trabajar en los estándares de Senasa, hay mucho (producto apícola) adulterado en el país, tenemos que tener la misma calidad para el mercado interno y externo. Si queremos ser supermercado del mundo, tenemos que empezar por los argentinos”, finalizó.