Los productores siguen demorando la compra de insumos agrícolas porque se atrasaron las decisiones de siembra, que se ven condicionadas por la incertidumbre climática, los temores a la chicharrita en el caso del maíz y los bajos márgenes que presentan casi todos los cultivos.
Este año la soja recuperará terreno. Ocupará una superficie de más de 17 millones de hectáreas, según informó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, y de casi 18 millones de acuerdo a la previsión de la Bolsa de Comercio de Rosario. Esto también modifica el tipo de producto que se comercializa y sus volúmenes de venta, porque la soja requiere de menos insumos que el maíz.
La situación fue advertida en la encuesta SEA de los grupos CREA. Hasta julio el nivel de compra de insumos era el más bajo de los últimos 5 años. A esa fecha se había comprado la mitad de las semillas necesarias respecto de campañas pasadas. Lo mismo sucedía en agroquímicos. En fertilizantes, el retraso también era marcado.
Desde entonces, dicen los proveedores, algo más se vendió pero el atraso es marcado. Y eso se da a pesar de que los bajos precios de los granos dan una relación insumo-producto favorable. Teóricamente hoy es buen momento para la compra de fertilizantes y agroquímicos.
“En septiembre, los precios de la urea en el mercado internacional experimentan una leve retracción. La referencia FOB del Medio Oriente disminuye en 15 u$s/t. ubicándose en 315 u$s /t. Por otro lado, en el Golfo, los precios continúan un suave ascenso, incrementándose en 7 u$s/t. y alcanzando también los 315 u$s/tonelada”, explicó a Bichos de Campo el analista de Az Group, Jeremías Battistoni, quien detalló que en el mercado local se la consigue a 481 dólares por tonelada, la mitad que hace un año.
Según un informe la relación es favorable para los fertilizantes fosfatados, la urea y el glifosato tanto con relación con los productos: soja, maíz, trigo, girasol y novillo. Mientras que pasa a ser negativa para la atrazina y los fletes en los mismo productos.
Battistoni dijo a este medio que es un “buen momento para la compra de insumos. Si se demora la decisión el productor podría encontrarse con un pico de demanda que eleve los precios de estos productos, lo que quizás no sea acompañado por los valores de los granos”.
Al igual que lo hizo Mariano Cirio, a quien entrevistamos días atrás, el analist de AZ Group consideró que podría darse una especia de “cuello de botella” que afecte las cuentas de los agricultores.
En su informe el consultor hace especial mención al costo del traslado de los insumos, ya que en septiembre se dio una nueva actualización de la tarifa CATAC, que sirve de referencia para el negocio y que tuvo un aumento del 17% respecto del valor de marzo.
“Así, el costo del flete de granos para una distancia de 300 km alcanza los 37.018 $/t. La actualización de tarifas también se traduce en un incremento del valor del flete en dólares, alcanzando 38,5 u$s/t para los mismos 300 km. Los precios de los fletes presentan una tendencia a recuperar valor, impulsada por el retraso cambiario. Actualmente, el valor del flete supera el promedio de los últimos 10 años, que es de 33,5 u$s/t, así como el promedio de los últimos 20 años, que es de 29,2 u$s/t”, detalló.
Luego agregó: “En cuanto a la capacidad de pago relacionada con los granos, al traducir el costo del flete como un porcentaje del valor del grano -en este caso, utilizamos el maíz- encontramos que el costo del flete se sitúa por encima de los valores promedio y también sobrepasa el porcentaje que representó en las últimas tres campañas. Esta situación debe ser considerada al definir las estrategias de comercialización del cereal”.