Como Charly García, en Bichos de Campo estamos buscando un símbolo de paz. Buscamos a alguien en la cadena de ganados y carnes que apoye las medidas restrictivas a las exportaciones tomadas por el Gobierno.
La cadena comienza por los ganaderos, que son los que crían las vacas, les echan kilos encima alimentándolas a pasto y a veces con granos. CRA es de las cuatro entidades de la Mesa de Enlace la que mayor cantidad de productores ganaderos representa, pues tiene adheridas casi 300 sociedades rurales en todo el país. Empecemos por allí:
“Rechazamos enfáticamente una vez más el esquema de exportaciones dispuesto, firmes en nuestra convicción de que será ineficaz y perjudicará a toda la cadena cárnica, sin resultados ciertos y duraderos en el precio en mostrador de la carne. En el tiempo quedó harto demostrado el fracaso de la receta de cierres, cupos y retenciones, y el costo de ese fracaso siempre lo pagaron los extremos de la cadena, productor y consumidor”, nos dijeron en esta entidad agropecuaria.
Este jueves CRA publicó un extenso comunicado lamentando los sucesos de los últimos días, en los que fueron convocados a Casa Rosada, pero no para discutir la política ganadera sino para ser anoticiados de una decisión ya tomada: la continuidad del cepo a las exportaciones, una fórmula que el kirchnerismo ya probó entre 2006 y 2015 con pésimos resultados, comprobables en cualquier estadística pública.
“Fuimos con el ánimo de aportar propuestas que evitaran avanzar con la pésima medida de cerrar exportaciones y evitar sus perjudiciales consecuencias, esperanzados en que el Gobierno revea la medida”, dijeron desde CRA, pero párrafo seguido mostraron desencanto: “Rápidamente esa reunión se convirtió en una nueva desilusión dado que se insiste en castigar una vez más al sector primario, que es quien resigna el precio de su producto para que el Estado -sin ningún esfuerzo- distribuya carne a precios especiales”.
Avancemos entonces en la cadena. Los frigoríficos, donde llegan las vacas y se faenan, donde se enfrían las medias reses, y se despostan para separar los diferentes cortes de exportación.
Daniel Urcía, presidente de Federación de la Industria Frigorífica (Fifra), que agrupa plantas tanto exportadoras como de consumo interno, hizo pública la evaluación del sector. “Desde FIFRA nos expedimos especialmente en contra del cese de exportaciones porque no consideramos que sea una herramienta que sirva para corregir precios internos, tampoco creemos que cualquier otro mecanismo de restricciones a la exportación sirva para cumplir con ese objetivo”, explicó el directivo industrial.
El razonamiento de Urcía es que no es tan cierto que la carne esté cara pues “tiene un precio competitivo ya que aumentó mucho menos que sus insumos”. Entre enero de 2018 y abril de 2021 se observa que la invernada subió 410%, el maíz 501%, la hacienda para faena 457%, el dólar oficial 377%, el dólar blue 699% y y la carne al consumidor 365%, enumeró.
“Es decir que la carne al consumidor aumento menos que sus insumos directos y casi la mitad que el dólar no oficial, lo que significa que su precio es competitivo”, remarcó el empresario, quien consideró que el problema no se soluciona cerrando las exportaciones.
Bueno… Sin éxito entre ganaderos y frigoríficos, recurrimos en nuestra búsqueda a los matarifes, que son un actor clave en el abastecimiento de carne a la población local, pues faenan sus animales en plantas de terceros y distribuyen la carne hasta el mostrador, especialmente en los rincones más profundos del conurbano. ¿Les sirve a ellos el cepo exportador?
“Ante el anuncio del Gobierno nacional de reapertura parcial del comercio exterior de carne vacuna, volvemos a remarcar que el camino no es el cupo a las exportaciones de carne. En primer lugar –y como hemos advertido en reiteradas ocasiones- esta mercadería (la que se exporta) no se consume para mostrador, tiene destino en la industria del chacinado”, afirmó ese sector a través de un comunicado.
La CAMyA (Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores) consideró, peor aún, que el recorte de las exportaciones de carne “solo promueve la concentración de cortes a los grupos exportadores para la venta en grandes superficies, con el consiguiente monopolio del negocio. Así, esto lleva a la destrucción sistemática de los distintos oferentes, que hacen su faena para el consumo interno, además de representar una amenaza para las fuentes de trabajo vinculadas al consumo doméstico”.
“Las autoridades nacionales parecen no entender es que el consumidor de menor poder adquisitivo -que tendría que ser el más favorecido por esta medida- no frecuenta la grandes cadenas para abastecerse. Con esta decisión, quedan fuera de juego tanto el argentino de menores recursos como los comerciantes de barrio. Con esta competencia, que roza lo desleal, deberán bajar sus persianas”, advirtieron los matarifes.
Nos damos por vencidos.
La carne en el mostrador tiene 40% de su componente en impuestos del . Estado. El esfuerzo lo debe hacer el Estado, resignando su parte si tanto le preocupa la mesa de los Argentinos.
Porque no subsidia el consumo interno con desgravación o con recursos de las exportaciones. Le va a salir más barato y va a ser sostenible.