Buenos Aires hacia el norte, y la Patagonia hacia el sur. Son las dos regiones por excelencia para el desarrollo de la ganadería ovina en la Argentina. A grandes rasgos, en el norte el problema es la falta de regularización de los stocks de ovejas y la falta de alternativas comerciales para los productores. Los ovejeros del sur, en cambio, tienen un mercado más formal, pero se enfrentan al gran problema que les genera una creciente población de guanacos y de predadores de los rebaños como el puma y el zorro.
“El guanaco redujo el stock de ovejas y les quitó terreno. Pasaron de 500.000 a 3 millones de cabezas. Pero gracias a los créditos, muchos productores ovinos pudieron quedarse en sus campos y seguir con la actividad; mientras que otros pudieron aumentar sus majadas y unidades productivas”, dijo el productor bonaerense de 9 de Julio, Jorge Masi Elizalde en Bichos de Campo. Habló así del impacto favorable de la Ley de Reparación de la Ganadería Ovina, sancionada en 2001, que asignaba recursos a tasa cero para la repoblación de las majadas.
La población de guanacos es un problema porque esa especie ha sido considerada en peligro de extinción y por tanto es motivo de protección especial. Pero su enorme difusión en toda la Patagonia implica una competencia con los ovinos por la poca comida disponible. De todos modos,, el productor ovino dijo que “de la queja )por este conflicto) ya se pasó a la acción, y en conjunto con Agroindustria, se logró el encierre de guanacos, y su carne se está exportando a países como Bélgica”.
En referencia a la inserción de la carne ovina en el mercado doméstico, Masi Elizalde declaró que “no está concentrada la producción, sino que se distribuye entre miles de productores con majadas chicas; entonces es imposible armar camiones jaula para enviar a los centros de faena, que por desgracia están muy distantes unos de otros, y de hecho la mayoría de los ovinos ´se carnean debajo del sauce´como dice el refrán. Tampoco hay frigoríficos específicos donde mandar a faenar los corderos con todas las reglas y este es el drama”, relató.
Ver: Aunque usted no lo crea hay créditos a tasa 0: Eso sí, tiene que producir ovejas
Sin embargo, el productor reconoció que “hay frigoríficos que antes se dedicaban a la faena de cerdos, que al tener similitudes con la faena del ovino, están agregando al ovino en su carta, y junto con la Ley Ovina, ayuda a la faena de ovinos, pero esto es aún incipiente, ya que arrancó hace 2 o 3 años”.
Escuchá la entrevista completa a Jorge Masi Elizalde:
Como contracara, Masi Elizalde declaró que “el próximo 9 de abril la secretaría de Agroindustria lanzará el Programa de Promoción de la Carne Ovina”.
Respecto del pedido de la cadena de un sistema de certificación de stock ovino, Masi Elizalde mencionó que “en 2018 la provincia de Buenos Aires sacó la Resolución 259 que no es mas que una solicitud de regularización del stock ovino y caprino. Consiste en una declaración jurada en donde los productores pueden declarar su stock en el campo y registrarlo, para luego poder comercializarlo a algún centro de faena”.
Según el productor, el stock ovino certificado es de 15 millones de cabezas, de las cuales, la mayor parte está en la Patagonia. Está certificada porque sino no pueden exportar la lana. En Buenos Aires, hay 2 millones de cabezas registradas, pero también hay otros 2 millones que no están registradas, y que son las majadas de consumo chicas. La gente no las registra porque no lo ven como algo productivo para comercialización, a pesar de que esos corderos sobrantes se venden”.
Para poder exportar la carne de cordero tenemos que llegar a un peso de 45/50 kg limpio que es algo que no estamos logrando. Para las fiestas se suelen comercializar corderos de 7 a 25 kg y es lamentable. Tenemos todo para aprovecharlo pero nos ganan las ganas de hacer “plata fácil” vendiendo al mercado interno para las fiestas cuando podríamos despachar tn de cordero faenado por mes a mercados como el europeo, asiatico, etc.
Es un gran paso regularizar y declarar el stock por que no se puede vender algo que no se sabe de donde viene… pero igualmente nos falta…