Si hay un momento en que los productores ovinos de Buenos Aires se agarran la cabeza es en la época del año en que se deben realizar las tareas de esquila de las ovejas. Esto se debe no solo a la falta de esquiladores y a los bajos precios que obtienen por la lana (a veces hasta deben pagar para que se le lleven), ya que la misma no tiene la misma calidad que la del sur del país. Pero también rezongan porque carecen de lugares para acondicionarla y guardarla.
Por eso muchos festejaron cuando la Chacra Experimental de Bellocq, dependiente del Ministerio de Desarrollo Agrario, anunció que pondría en marcha el primer centro de acopio y acondicionamiento de lana de la provincia. En el predio ubicado en el partido de Carlos Casares ya se venían realizando distintos trabajos de mejoramiento en majadas ovinas, para ayudar a los productores locales a obtener un mejor rendimiento en su producción. Las razas que manejan son Corriedale, Comarqueña y Merino Dohne.
“Hace tres años que comenzamos a trabajar con una majada que hoy tiene 140 ovejas. Apuntamos a mejorar la calidad de carne y lana que tenemos, y fue un poco la excusa para trabajar con los productores que quieren afinar su lana. Nunca vamos a lograr una lana como la del sur por motivos lógicos, pero sí mejorarla porque el mercado se cierra para la lana gruesa”, comentó a Bichos de Campo Eduardo Lacentre, licenciado en Administración Agropecuaria y técnico en Ganadería en la Chacra Experimental Bellocq.
Para Lacentre, el acopio de lana se ha vuelto un problema general en toda la provincia, y por eso no se sorprendieron cuando recibieron llamados de productores de Maipú y Ayacucho consultando por formas de hacerles llegar su producción.
“El productor hoy ve a la esquila y a la lana como un problema. Nosotros queremos solucionar eso. Hay personas que compran lana gruesa, lo que demuestra que hay un mercado. El centro de acopio y acondicionamiento permitirá que los productores lleguen a sacar un poco más de dinero por kilo de lana”, explicó Lacentre.
La iniciativa apunta a poner en funcionamiento el protocolo de manejo definido por el programa Pronala, dependiente de la Ley Ovina, para alcanzar determinados estándares de calidad. Una vez recibida la lana esquilada por los productores, la misma será limpiada, clasificada y enfardada. Posteriormente será sometida a distintos análisis llevados adelante por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), que determinarán la finura de las fibras, el largo de las mechas, la resistencia a la tracción, entre otros parámetros.
Una vez que se junte un mínimo de 30.000 kilos de lana –lo que entra en un camión- se realizará una licitación pública con empresas de la industria textil, y serán los productores los que acepten o no la oferta obtenida.
La iniciativa también prevé el acopio de lana previamente enfardada a campo y analizada por cada productor. En ese caso, previo a la licitación, se solicitarán los papeles de Prolana correspondientes.
“Todo este viene de la mano de las capacitaciones. Usando esta lana vamos a capacitar en Prolana a personas que estén interesadas en trabajar en el acondicionamiento de ella, que es el paso que sigue a la capacitación en esquila. Ese proceso ayuda a comercializarla de la mejor manera y asegura que lo que está dentro del fardo de lana no es otra cosa que sea lana”, indicó el técnico.
El antecedente más cercano de este proyecto fue un centro de acopio que funcionó en la localidad de Coronel Pringles, pero que nunca alcanzó a realizar el proceso de preparación de los fardos para la venta.
En este caso la Chacra ya cuenta con cinco galpones y una prensa, ya que el predio supo trabajar con lana varias décadas atrás.
“Esto es una prueba piloto que estamos haciendo para esta zona y si funciona sería ideal que se replique. Se busca fomentar que el productor, en vez de vender el cordero para las fiestas, le dé un valor agregado: que su carne y lana sea de mejor calidad, y que se fomente el consumo”, resaltó Lacentre.
En esta primera instancia el proyecto será sostenido por fondos de la Chacra y el Ministerio de Desarrollo Agrario de la provincia. Una vez terminadas las capacitaciones del personal, el objetivo será que aquellos productores que envíen su lana sin acondicionar paguen una tarifa por los servicios prestados.