Brasil tiene todo listo para salir a pelearle el “mundial del maíz” a EE.UU. en China, nación que es la mayor importadora del cereal del mundo y está buscando nuevos proveedores.
A fines de mayo pasado concluyeron las negociaciones relativas a la firma de protocolos sanitarios entre Brasil y China para habilitar la exportación de maíz brasileño hacia la nación asiática.
Hasta comienzos de este año, China se abastecía de maíz prácticamente en sólo dos orígenes: EE.UU. y Ucrania, pero, luego de la invasión rusa a este último país, ese proveedor quedó inhabilitado. Además, debido a la cuestión taiwanesa, la relación entre EE.UU. y China está en un momento álgido.
En ese marco, el gobierno chino, además de promover mayores compras de productos alternativos –como sorgo y cebada forrajera–, salió a buscar nuevos proveedores de maíz.
“Brasil es un buen candidato para convertirse en un proveedor alternativo de maíz de China durante lo que resta del ciclo 2021/22 y 2022/23”, señala un reciente informe del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA)
“La producción de la cosecha actual de maíz tardío se ha recuperado con respecto al año anterior y se espera que la oferta exportable sea abundante hasta el final de la campaña. Además, la producción y las exportaciones para el año siguiente se pronostican en otro máximo histórico”, añade.
Estimaciones preliminares del USDA muestran que Brasil estaría en 2022/23 en condiciones de quedarse con buena parte del mercado chino de maíz para “pisarlo” los tales a EE.UU.
Argentina, otro gran exportador del cereal que podría también convertirse en un nuevo proveedor chino, no resulta tan confiable porque el gobierno de Alberto Fernández regula las exportaciones de maíz por medio de cuotas discrecionales.
En 2012 el Ministerio de Agricultura de la Argentina y la Administración General de Supervisión de Calidad, Inspección y Cuarentena de China (AQSIQ) firmaron un protocolo que habilitó la exportación de maíz hacia el mercado chino, pero desde entonces las ventas externas del cereal a China fueron casi inexistentes.
Eso porque el protocolo –aprobado durante la gestión de Norberto Yauhar al frente de Ministerio de Agricultura– contiene un capítulo, referido a plagas, que hace técnicamente inviable la exportación de maíz a ese destino.
Posteriormente, se procedió a revisar dicho protocolo con el propósito de enmendar ese error, pero a partir de 2020, con la aparición de la pandemia, las autoridades chinas pusieron en el “freezer” la cuestión y desde entonces Argentina espera una señal de avance por parte de AQSIQ (algo similar ocurre con las negociaciones relativas a la habilitación de la exportación de trigo argentino a China).