Con toda la carga de irracionalidad posible, los argentinos que fueron al mundial de Brasil en 2014 le cantaban a los pentacampeones del mundo, que además nos habían ganados dos Copa América en nuestras narices poco tiempo antes, “decime qué se siente tener en casa a tu papá”.
Esa misma pregunta se deben estar haciendo los operadores de las cadenas cárnicas teniendo en cuenta el enorme crecimiento productivo y exportador de los socios del Mercosur. ¿Qué se siente? Eso deben estar pensando.
Según las estimaciones del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), Brasil consolidará una vez más su liderazgo y volverá a crecer en producción y ventas al extranjero el año que viene.
En el rubro carne vacuna, el USDA estima un comercio mundial de 59,3 millones de toneladas para 2023. Brasil volverá a crecen en producción por quinto año consecutivo y, según esos cálculos, alcanzaría las 10,5 millones de toneladas.
Con esa oferta -de cuatro veces la producción argentino- también será otra el número uno en exportaciones. Con embarques previstos en 3 millones de toneladas, se quedaría con el 30% del mercado global y además despachará el 30% de su producción, un logro soñado por ganaderos y frigoríficos argentinos.
Las ventas al extranjero sumadas de Australia e India, que ocupan el segundo y tercer puesto de ese ránking, apenas si empatarán a las de nuestros vecinos.
Lo mismo sucede en el sector avícola. Brasil también es un líder global en producción y exportaciones de pollos.
La producción mundial de esa carne es de 100 millones de toneladas y Brasil aportará el 15% de esa oferta. En exportaciones, se espera que despache 5 millones de toneladas, lo que significa el 30% del comercio internacional.
“Las exportaciones de carne de pollo de Brasil se estima que crecerán 4% en 2023 por la firme demanda de los mercados”, los problemas sanitarios en otros oferente, su alta competitividad y productividad, explica el informe.
En el caso de la producción y el comercio de carne porcina la situación es bien diferente. En ese caso pisa fuerte China, que aporta la mitas de las 110 millones de toneladas globales y también es el gran exportador.
De todos modos, saliendo de un primer pelotón al que se suman Unión europea y Estados Unidos, Brasil se queda con el cuarto puesto en exportaciones y el quinto en producción de carne de cerdo, nada mal.
Mientras Brasil avanza sin pausa, por momentos con prisa y siempre de forma sostenida en lo que tiene que ver con la producción cárnica, aquí se siguen aplicando políticas restrictivas al sector vacuno o tomando medidas de intervención en mercados agrícolas que terminan significando un subsidio en el costo de producción de pollos y cerdos, dos sectores que crecieron pero que están bien lejos de esos números.
¿Decime qué se siente?
Hola Carne brasilera, chau selva amazónica