En el programa Cocineros Argentinos de la Televisión Pública (TVP) mostraron una “cata” de vinos Uvita, que se comercializa a un precio muy económico, y las redes sociales se colmaron de críticas por el hecho de recomendar un producto considerado de “baja calidad”.
Las críticas son insólitas porque, justamente, una de las grandezas de toda economía de mercado reside en el hecho de que los emprendedores que conforman la oferta se desviven por satisfacer las diferentes demandas que componen el mercado para crear, por ejemplo, un Uvita de 150 pesos y Alta Vista Alto Blend 1998 de 96.000 pesos. Si ambos logran satisfacer una necesidad, cumplen entonces su propósito.
En un país colmado de pobres y que atraviesa una crisis económica profunda, no parece una buena idea reírse de un producto diseñado para aquellos que carecen de un elevado ingreso. En todo caso, la única crítica que cabría es que se empleó un espacio en la Televisión Pública, es decir, algo financiado con recursos de todos los argentinos, para promover una marca particular de vino, cuando lo adecuado debería haber sido hablar sobre los diferentes aspectos agronómicos, gastronómicos y culturales que hacen a la bebida nacional argentina.
Cata de vinos en la TV Pública: hoy nos deleitamos con Uvita. Absoluto pobrismo electoral. Fin.
Argentina, un lugar. pic.twitter.com/NjTAi6Z3ug
— Manuel Adorni (@madorni) October 27, 2021
El caso “Uvita” puede ser una buena oportunidad para saber que la calidad de los vinos argentinos, en sus diferentes rangos de precios, es excepcional tanto en términos intrínsecos como en lo que respecta a la relación precio/producto. Esto último no es un aspecto menor porque en la mayor parte de los países productores de vino los valores de la bebida en sus respectivos mercados internos suelen ser sustancialmente superiores a los presentes en la Argentina.
Y eso es así no por casualidad, sino porque hubo muchísima gente trabajando detrás de un plan diseñado dos décadas atrás, algo que demuestra que los argentinos, cuando deciden olvidarse de las diferencias y trabajar en equipo con una meta determinada, pueden lograr grandes cosas.
Todo comenzó en la década del ’90, cuando el ingreso de inversores internacionales al mercado argentino comenzó a modernizar los diferentes eslabones de la cadena vitivinícola en un momento en el cual las “nuevas regiones” vitícolas de Australia, Chile y EE.UU. comenzaron a lograr vinos de altísima calidad.
En ese contexto, en el año 2000 un grupo de referentes del sector se propusieron formular un plan estratégico que guiara el desarrollo de la vitivinicultura argentina para las próximas dos décadas ante la percepción de los cambios que estaban ocurriendo a nivel global, donde ya se evidenciaba el fenómeno de una progresiva caída del consumo de los vinos genéricos con la contrapartida de un aumento de los varietales y especialmente de aquellos con una “identidad cultural” específica.
Así fue como integrantes de Bodegas de Argentina, Unión Vitivinícola Argentina, Asociación de Cooperativas Vitivinícolas de Mendoza, Asociación de Viñateros de Mendoza, Centro de Viñateros y Bodegueros del Este y CREA crearon el “Plan Estratégico Argentina Vitivinícola 2020” y designaron al INTA como coordinador del mismo para evitar que se impusiera alguna visión particular por sobra otra durante la implementación del programa.
Hoy podemos decir, con una copa de vino en la mano, que estamos disfrutando el trabajo realizado dos décadas atrás por un grupo de visionarios.
Ese trabajo fenomenal, además de incrementar la diversidad de vinos disponibles, elevó la calidad general de todos los vinos, desde los más baratos hasta los más exclusivos, lo que generó un beneficio considerable para todos los consumidores argentinos. Enhorabuena.
Lo que más molesta es la hipocresía del gobierno y quiénes lo apoyan, el país está en ruinas, muchos de nosotros en 2 años hemos recibido un 25% de aumento, con las heladeras vacías y los impuestos cada vez más altos. Cómo mendocino estoy orgulloso de UVITA, como amante de los vinos estoy indignado por la barbarie que se hizo. El tetra es un vino de mesa, se toma como se desee y listo. El circo de la “cata” es absurda en todo sentido, no hablo de aromas ni notas en boca, le puso hielo!!! es una barbarie poner hielo a un vino que se está “catando”. Cómo todo en este gobierno PAN Y CIRCO.