“El 2024 no fue un buen año y encima veníamos mal de los anteriores, en los cuales nos afectaron problemas climáticos como la sequía, las nevadas y también la brecha cambiaria”, dijo Osvaldo Luján, el presidente de la Federación de Asociaciones Rurales de Chubut, a la hora de hacer un balance para el sector ovino del año que acaba de terminar.
“La brecha cambiaria le provocó al sector una pérdida aproximada, en lo que es Patagonia, de casi 300 millones de dólares”, agregó el dirigente. El cálculo se base en que la exportación de lana se hizo al dólar oficial menos retenciones y a los productores le dieron pesos que transformados en dólares financieros dejaron ese agujero en sus finanzas.
Esa cantidad de dinero no parece importante en función de los números de los que se manejan a nivel macro, y ni siquiera en función de las exportaciones o inversiones que se hacen en otros rubros, pero sí lo es para los productores de ovinos de la zona, donde además hay muy pocas opciones productivas.
“Es fácil darte un ejemplo. Para un productor medio le significó que en estos últimos cuatro años pierda el 50% de su producción de lana. Esto quiere decir que perdió dos de las últimas cuatro cosechas. Para esos productores el impacto fue mayor que para los de mayor tamaño. En Chubut el 80/85% de los productores somos de ese rango, entre pequeños y medianos, y tenemos cada uno menos de 1.500 animales”, agregó Luján.
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La brecha cambiaria a la que refiere Luján se fue achicando, pero el valor del dólar no se estabilizó en un nivel que le dé competitividad a las exportaciones sectoriales sino más cerca de los 1.000 pesos. La situación de atraso cambiario complicó a las diferentes producciones y promete generar más dolores de cabeza, porque los costos medidos en dólares son cada vez más caros.
Al respecto indicó el productor ovino chubutense: “En primer lugar hay que aclarar que en nuestro sector las exportaciones no se hacen con el dólar 80/20 sino que se liquidan en su totalidad según el dólar oficial. Que se haya achicando la brecha cambiaria es importante, pero los costos en dólares aumentaron fuerte y hacen imposible la rentabilidad y la subsistencia”, avisó.
Luego puso un ejemplo: “Hoy tener un empleado en un establecimiento chico se equipara con la producción que se obtiene de 1.000 animales. Los insumos sanitarios aumentaron 100%. La suba de costos se traduce en la falta de rentabilidad del sector”.
Por tal motivo consideró: “Es necesario que bajen los costos y vemos que una de las únicas posibilidades está dada por la baja de impuestos, que hoy es algo prometido por parte del Gobierno Nacional. Entendemos que esto debe ser trasladado a lo que son los gobiernos provinciales y municipales”.
Además de tener problemas en la exportación de lana, también hay dificultades en la de carne ovina.
“Tenemos un precio al productor de aproximadamente 5 dólares por kilo de carne de cordero, cuando a nivel internacional estamos hablando de 3 dólares y medio, 4 dólares. Por lo tanto no es competitiva la exportación”, indicó el dirigente rural de Chubut.
Además de estas cuestiones vinculadas a las políticas cambiarias e impositivas, la actividad ovina en esa región hace años que reclama por políticas serias que combaten el ataque de depredadores y la competencia de los guanacos.
Luján insistió en esos temas: “Es necesario que tanto del estado nacional y el provincial tomen conciencia del problema de los depredadores. No decimos que hay que retirar la fauna de la Patagonia, pero sí decimos que hay que buscar un equilibrio, porque así como los perros en Tierra del Fuego, los jabalíes en el norte de la región, el puma y el zorro hoy están dando muerte por depredación de hasta 15/20% de los rodeos”, alertó.
“Esto requiere atención por parte del Estado, y necesariamente para adecuarnos a una realidad que es distinta a la que hace muchos años”.
En cuanto al control del guanaco dijo que “las provincias deben ratificar su decisión de adherir al plan nacional para evitar la desertificación. Hay una necesidad imperiosa de buscar un aprovechamiento que creo que es posible y necesario para que se desarrolle la producción ovina”.
Jodeme que siguen lloriqueando por los pumas y los guanacos.
De no creer.
Me siento orgulloso de no consumir cordero patagónico desde hace años.
¡Ni un peso de mi bolsillo a estos “productores”!