La faena vacuna muestra signos de moderación pero la disminución no sería tan importante como algunos supusieron hace unos meses. Incluso las autoridades no se dejan de agarrar de ese supuesto faltante para sostener los argumentos que la llevan a la intervención constante en el mercado.
En abril pasado la faena fue de 1,04 millón de animales, lo que significa una caída del 5% interanual. “Pero hay que tener en cuenta que se trabajó un día menos que en abril del año pasado por lo que baja sería menor aún”, dijo el consultor Víctor Tonelli, quien destacó que “pese a que hasta ahora hubo menos animales encerrados, el stock vino saliendo de la producción más bien pastoril o con encierres cortos y eso ayudó a que no haya cambios importantes en la oferta nacional”.
En cuanto al análisis por categorías, en abril hubo una caída del 7% en los novillitos, que se explica por el mayor agregado de kilos en los machos. Por eso mismo los novillos crecieron 9% en su participación.
Por el lado de las hembras hay una baja del 10% en vaquillonas y estabilidad en el rubro vacas. La disminución en la cantidad de vaquillonas tiene que ver con los menores encierres en los feedlots y también con la intención del criador de reponer vientres, que compensen la venta de los de descarte a los frigoríficos. Las vacas sumaron 237.400 cabezas, la misma cantidad que el año pasado, y en el acumulado del cuatrimestre el total es superior en sólo 15.000 animales.
En cuanto al acumulado de enero-abril, la faena sumó 4,178 millones de animales contra los 4,279 de igual período del año pasado. La baja acumulada es del 2,5%. No parece un cambio de tendencia tan significativo.
Cabe destacar que venimos de dos años de faenas altas. Los productores vendieron a los frigoríficos 14 millones de vacunos en 2020 y 13 millones en 2021. Para este se esperaba una reducción de los envíos a faena consecuencia de una actitud más retentiva de los ganaderos y de los efectos de la seca y los incendios en Corrientes.
Por un lado los feedlots perdieron mucho capital de trabajo tras dos años con renta baja, y los que pueden recriar tienen la hacienda durante meses en el campo y fuera del circuito comercial.
Esa baja esperada en la faena no se está dando de manera marcada sino de forma muy moderada. “Es destacable que pese a lo que nos anuncias del Gobierno acerca del temor de liquidación de vacas por la seca y los incendios, esto no habría ocurrido”, evaluó Tonelli.
Por otra parte, el analista Andrés Costamagna dijo que este año se faenarían de 12,5 a 12,7 millones de cabezas, lo que indicaría una baja de 2,3%. Es en definitiva una moderación de la caída, que se suponía iba a ser más fuerte y que era la que impulsaba los precios de la hacienda y de la carne.
Habrá que buscar los motivos en otro lado y -como sostienen especialistas- es probable que la suba tenga más que ver con los problemas de la macroeconomía, cuya inflación se espiraliza cada mes, que con la falta de ganado. Incluso la oferta podría crecer en el segundo semestre de la mano de los mayores encierres en los corrales.
La mejora en la renta de los feedlot le cambió la cara a los engordadores. Al menos por ahora tienen renta y el que tiene los insumos acopiados se puede garantizar un buen resultado, al menos en su ciclo productivo. Eso alienta los encierres, que aumentaron notablemente en el último mes.
Esa mayor demanda de los engordadores y la tendencia a la recría de los que luego revenden hacienda con más kilaje en primavera, los agricultores que volvieron al sector y la industria que encierra en feedlot que ofrecen servicio de recría ayudarían a un segundo semestre con más oferta y por lo tanto la brecha con lo faenado el año pasado no sería tan importante.
En este contexto, se podría aspirar un sostenimiento de las exportaciones y por qué no ilusionarse con más exportaciones ya que desde el gobierno dejaron trascender que se analizará la producción de carne mes a mes para asegurar un consumo de 45/47 kilos y permitir la exportación del resto.