La transición de sistemas de agricultura más tradicionales, que hacen uso de insumos sintéticos para enfrentar plagas y enfermedades, a formas alternativas de producción sin agroquímicos no es tarea sencilla y requiere tiempo, principalmente porque se debe estudiar a fondo qué alternativas biológicas funcionarán con cada cultivo.
En esto trabaja la joven ingeniera agrónoma Aylin Golo en la estación experimental de Mercedes, una de las chacras del gobierno bonerense. Realiza un ensayo para lograr bajar la carga de agroquímicos en la producción de durazno.
“Sabemos que la agroecología conlleva transición, no podemos pedirles (a los productores) que dejen de usar agroquímicos, sobre todo por la parte cultural. Me pongo en el pantalón del productor y comprendo que no está bueno perder la producción por no aplicar agroquímicos, y por eso ensayamos una alternativa que sea biológica, sustentable y que no genere problemas. La intensión a largo plazo es que sea sin carga de agroquímicos”, explicó Golo a Bichos de Campo.
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En el caso del durazno, existe un problema sanitario grave relacionado a la mosca de la fruta, que hace que sea necesario aplicar insecticidas. Las moscas más peligrosas son la Ceratitis Capitata y la Anastrepha fraterculus, ya que pican la fruta, ponen huevos dentro de ella y la larva sigue allí su ciclo.
A eso hay que sumarle el riesgo de hongos y podredumbre, por lo que los especialistas comenzaron a experimentar con la aplicación de oxicloruro de cobre y azufre, que son alternativas permitidas dentro de la producción orgánica. A diferencia de los fungicidas que suelen aplicarse, que son a base de cobre por ejemplo, la opción que aquí se ensaya es el uso únicamente de sales.
–¿Es posible dejar de aplicar agroquímicos en esta fruta?– le preguntamos a la investigadora.
-El año pasado se realizo un trampeo masivo para bajar la carga de moscas, pero no se llegó a controlar a las generaciones siguientes. Este año la intensión es hacer un tratamiento preventivo con productos de síntesis biológicos, donde tenemos dos hongos entomopatógenos y una bacteria para eliminar la larva. La intensión es ver cuál es la reacción de este producto.
En este sentido Golo agregó: “Una de las tareas de la experimental es esta: saber qué no sirve es una respuesta aunque no nos guste. Sabemos que las cosas no funcionan, entonces probamos con otra alternativa. No será algo que nos lleve poco tiempo pero la intensión es probar y lograr que los productores bajen la carga de agroquímicos que hoy usan”.
El ensayo donde trabaja Aylin, cerco por medio, queda a metros de las primeras viviendas pobladas de la localidad de Gowland, en el partido de Mercedes.