Luciano Palasesi es tercera generación de productores agropecuarios en Arteaga, al sur de Santa Fe y en el límite con Córdoba. Su pueblo queda, como él mismo dice, pegadito a Arequito, los pagos de la Sole, allí donde la soja es ama y señora.
Luciano es además un joven emprendedor de poco más de 30 años, que decidió junto a su cuñado armar un parador gastronómico donde ofrece chacinados de su chacra, La Elba, que acompaña con choripanes hechos con diferentes condimentos y sandwiches de bondiola con panes de trigo orgánico de productores de la zona.
En esa misma chacra, y para agregar más valor a la producción y potenciar la veta gastronómica, Palasesi decidió armar un viñedo, que resultó ser el primer certificado por el INV en la provincia de Santa Fe. Para eso contó con la asistencia del ingeniero agrónomo y enólogo Matías Prieto. Así, en la zona donde los cultivos de soja rinden como en ningún otro lado, este joven lleno de entusiasmo y amor por el campo apostó por el vino.
Escuchá el relato completo de Luciano Palasesi:
Hace pocos meses plantaron las vides y la primera cosecha la esperan para entre febrero y marzo de 2021. “El tiempo dirá si el lugar y el clima es apto para que salga un vino rico o no. Creo que si las cosas las haces con amor, ganas y pasión no pueden salir mal. Lo que nos pasa a nosotros es que estamos enamorados de la zona y la forma en la que vivimos, la de nuestro abuelo, y por eso queremos rescatar esa cultura, poder defender eso, la zona y la provincia, es estar realizado”, explicó.
Palasesi precisó que el viñedo está sembrado bordeando el parador de la chacra. Allí mismo quieren armar un restaurante y procesar el vino en una bodega propia, para que sea consumido dentro de ese espacio gastronómico.
Con el enólogo Prieto sembraron una especia de planta estilo gobelet, que a diferencia de los viñedos de la zona cordillerana tiene aspectos de arbusto. Implantaron 3.100 plantas, la misma cantidad de habitantes que tiene Arteaga. Y esperan producir en la primera vendimia 3.100 botellas, la mitad malbec y el otro 50% cabernet sauvignon.
“Queremos que la gente pase un buen día al aire libre, que coman un picada con nuestro fiambre, con pan casero y agroecológico, que los chicos jueguen y se deje el celular en segundo plano”, indicó el emprendedor.
Palasesi contó a Bichos de Campo cómo es la convivencia con sus productores vecinos que hacen maíz y soja y que usan agroquímicos para cuidar sus cultivos y en definitiva su capital.
“Nos pasa algo muy bonito, tenemos que convivir con el glifosato y otros herbicidas que son nocivos para el viñedo, así que los productores tienen que evitar la deriva cada vez que hacen una aplicación. Lo que nos pasó fue que no tuvimos ni siquiera que ir hablar con ellos, esa convivencia de códigos y de respeto hacia el otro está buenísima”, señaló el joven empresario.
Luciano aclaró que en Arteaga, alrededor de los parajes y del pueblo, no se pueden hacer aplicaciones “y cada productor debe sacar el permiso en la municipalidad”. Evaluó que, en esta materia, “se está comando conciencia, es muy progresivo y despacio, pero siempre hay predisposición cuando se trata de la salud de todos”.