El ministro de Ambiente, Juan Cabandié, volvió a acusar a los productores agropecuarios de ser quienes provocan los incendios en las islas entrerrianas que están frente al sur de Santa Fe, y el norte de Buenos Aires, y que llenaron de humo las ciudades ribereñas como Rosario.
“El 95% de los fuegos son intencionales y provocados”, dijo el ministro. Y en otro tramo volvió a apuntar el dedo acusador contra el sector: “En otros lugares del país se ataca el fuego y en tres, cuatro o cinco días, según la magnitud se termina, pero ahí en el Delta en forma permanente hay fuego. Apagamos el fuego y los mismos isleños, a instancias de los productores, vuelven a encenderlo al otro día”, denunció el funcionario.
¿Para qué prenderían fuego por primera vez los isleños a instancias de los productores? ¿Y por qué volverían a prenderlos a los pocos días? ¿Son idiotas los isleños que ponen a riesgo sus vidas y sus viviendas? ¿Y son siniestros los productores que les ordenan hacerlo?
Las rurales salieron en defensa de los productores de las islas: “La quema no beneficia a nadie”
Cabandié, a pesar de lo que le dice toda la biblioteca especializada en pastizales naturales, insiste con su hipótesis: afirma que en las islas los fuegos vuelven a encenderse una y otra vez debido a “intereses obviamente productivos, para renovar las pasturas, pero con un método que va contra el ambiente, la flora, la fauna y los humanos”, señaló.
“No se trata de desmontar, porque no son bosques nativos, ni tampoco implantados, son pastizales que tienen una altura tal que le impide acceder al ganado vacuno”, apuntó el ministro justiciero, que pidió a la justicia detener a los que inician el fuego. Por este asunto ya hay varios productores imputados por la justicia federal asentada en Entre Ríos.
Los productores y los especialistas en pasturas dicen todo lo contrario: que hay sequía y una bajante histórica del río Paraná, que los incendios en la zona comenzaron mucho antes de la época en que habitualmente se realizan estas quemas, que hay pasto abundante como para abastecer a la hacienda que queda en las islas, que hubo heladas que secaron esos pastos, etcétera.
Pero como chico caprichoso, Cabandié no presta atención a ninguno de estos argumentos. El insiste en que en las islas del delta ha crecido exponencialmente la cantidad de hacienda bovina, corrida hacia allí por el despampanante crecimiento de la soja.
Bueno, querido Cabandié… aprendé.
No solo la superficie sojera cayó en cerca de 3 millones de hectáreas (de 20 a 17 millones) desde los picos de siembra logrados hace una década sino que, según datos oficiales, también decreció la cantidad de ganado que engorda en las islas. Todo lo contrario a lo que decís.
Datos del Senasa, a partir del registro sanitario, dan cuenta de que el pico de hacienda en las islas se alcanzó en 2010, y llegó a 315.168 cabezas. Pero en 2020 ese número asciende a 224.678 bovinos. Es decir que cayó casi 30% tomando en cuenta solo los departamentos de Victoria e Islas de Ibicuy.
Si se toman las islas del departamento Victoria, que son las que se queman frente a la ciudad de Rosario, en 2010 había 280.606 cabezas y ahora quedan solo 139.997. Es decir que el stock ganadero allí ubicado se achicó a la mitad.
Aprendé Cabandié. El problema de los incendios merece un abordaje un poco más complejo.
Tanto es el fastidio que esta mirada sesgada provoca entre los productores que estas nuevas declaraciones del ministro de Ambiente merecieron un comunicado de la Asociación Argentina de Productores Autoconvocados (AAPA), una facción de las que han surgido de la diáspora de la vieja Mesa Nacional de Autoconvocados.
Los productores comparan a Cabandié con Romina Picolotti y Sergio Bergman. Le escribieron una carta pública diciendo que, como aquellos, el actual funcionario no llegaba “ni a medio ministro”. ¿El objetivo de la misiva? “Evitar que siga desinformando interesadamente a la población”.
“Cabandié, nosotros sabemos que ustde no tenía preparación previa para un cargo como con el que lo han honrado, pero debería honrar el cargo instruyéndose al menos en cosas básicas como que la baja humedad relativa, los vientos fuertes, las altas temperaturas de estos días, la vegetación arbustiva y leñosa que permanece encendida internamente, son características suficientes para que el fuego se reinicie”, lo retaron los autoconvocados.
Y agregaron que Cabandié también distribuye con sus declaraciones “informaciones falsas, vertidas solamente para tratar de demonizar a los productores ganaderos de la zona”.
¿A qué se referían” A las declaraciones del ministro “sobre la existencia de millones de cabezas, cuando en realidad es al revés: hay muy bajas existencias ganaderas, por abigeato, por lo que dejaron de ser las reguladoras del ecosistema acumulándose pastizal muy combustible”.
En fin.