El sector ganadero atraviesa un momento excepcional con precios rércord y una mejora notable de la rentabilidad. En el caso de la agricultura las cosas son diferentes, ya que las cotizaciones de los granos no acompañan, a pesar de esto se está logrando una producción récord de trigo.
En el sector muchos se esperanzan con que el gobierno siga tomando medidas en favor del campo, como la reciente continuidad en la baja de las retenciones. Luego de décadas de políticas a contramano del sector, hay expectativas de un futuro mejor.
Todo este movimiento se refleja en la suba del valor de la tierra de uso agropecuario, que este año se está dando tanto para los campos destinados a la agricultura, pero especialmente para los ganaderos.

Roberto Frenkel Santillán, de la inmobiliaria rural Bullrich Campos, dijo a Bichos de Campo que “para entender lo que ocurre conviene mirar primero a los mejores campos agrícolas, los de zona núcleo”, ya que es la región de referencia por sus buenos rindes.
“Durante bastante tiempo esos lotes valieron entre 15.000 y 16.000 dólares la hectárea, luego pasaron a 17.000 y hoy ha habido operaciones, más de una, en 20.000 dólares la hectárea”, mientras que los anteriores 17.000 aparecen como “un precio corriente”, indicó.
Para Frenkel Santillán, “el mercado ha subido un 20%. El precio promedio de un campo buenos es de 18.000 dólares, lo que implica una suba del 15 al 20%”.
Esa recuperación también se expandió a la zona núcleo ampliada, en referencia a “lugares como Lincoln, Ameghino, Villegas, Pehuajó o Trenque Lauquen, donde la agricultura ya desplazó por completo a la invernada”.
“Allí los campos que valían entre 7.000 y 8.500 dólares hoy se negocian entre 9.000, 10.000 y hasta 11.000 dólares la hectárea”, indicó el especialista.

Pero la novedad es que la ganadería también está despertando. “Los campos ganaderos están remontando, hay más interés”, afirmó Frenkell Santillán.
Los precios de la hacienda, la mejora de la renta ganadera y las perspectivas del negocio para los próximos años incentivaron la demanda de tierras para esta actividad.
“Un ternero vale 4 dólares, es una suba muy importante y muy importante para pensar en un futuro”, indicó el experto. Eso está ayudando a que muchos productores inviertan en tecnología y manejo, porque “el éxito de la ganadería es mejorar los índices: más terneros, con más peso y más preñez”.
En cuanto a la ganadería, Santillán reconoce que hubo un reacomodamiento muy fuerte de precios. El ternero, la hacienda para consumo y el novillo de exportación subieron mucho. También lo hicieron los vientres.
Algunos productores venden terneros o vaquillonas preñadas a valores altos y buscan recomponer stock o invertir. El fenómeno mejora las relaciones de precios. “Hoy vendés vaca o carne y te comprás tierra en una proporción que hace muchos años no estaba. La vaca vale más de 1.000 dólares. Vendés tres y te podés comprar una hectárea en zonas como el norte de Santa Fe”, dijo Frenkel Santillán.
De todos modos, el analista admitió que esa oportunidad de inversión se va perdiendo por la revalorización de la tierra ganadera. “Antes el campo ganadero era el patito feo, ahora es el patito buscado”, explicó.

Cada vez más agricultores miran a la ganadería porque la vaca les da estabilidad, ya que “zafa” los años malos y ayuda a equilibrar la empresa. Por eso los campos de cría “empiezan a ser mirados y empiezan a ser una buena inversión”, comentó.
Sobre las causas del aumento del valor de la tierra Frenkel Santillán sostuvo que “en Argentina hacía muchos años que (ese indicador) venía retrasado”.
“Brasil está en 27.000 dólares la hectárea y acá estamos en 17.000; las diferencias son importantísimas”, comparó.
A esta brecha estructural se le suma un cambio de expectativas: “Hay una sensación de que Argentina está entrando en otro mundo, que lentamente va a ingresar al mundo occidental y el inversor va a poder venir. Antes no podías girar tu renta ni tus dividendos, lo que convertía al país en un territorio prohibido para el capital extranjero”.
De todos modos, Frenkel Santillán aclaró que el mercado no lo hacen los inversores extranjeros: “Al mercado lo hacen los argentinos que perciben que Argentina va a arrancar y están tratando de ser primeros”.
El inmobiliario también señaló que viene creciendo la inversión en agregado de valor dentro de los propios campos: “Hace poquito estuve con un productor con una planta de procesamiento de girasol, otro con procesamiento de maíz. Esto da la pauta de que algo está cambiando”.
Quienes hoy compran son, principalmente, grandes empresas agropecuarias, firmas que canalizan capitales extranjeros a través de sus estructuras y grupos industriales que buscan integrarse hacia la producción primaria. Además, muchos ahorristas comparan alternativas y encuentran que “la construcción está muy cara”, que “la renta de un departamento no es gran cosa, por lo que optan por campos donde la renta es más estable y el valor del activo se sostiene mejor en el tiempo”.
Frenkel Santillán insiste en que, pese a los malos resultados agrícolas recientes por clima y precios, lo que mueve el mercado es la perspectiva de largo plazo. Recuerda que “el que compra un campo no lo compra por un año”, y que Argentina tiene margen para producir mucho más: “En vez de 120 millones de toneladas, producir 200 millones es real y está a la mano”.





