El mal clima complica cada día más a la producción agropecuaria. En Córdoba especialmente, el cultivo de trigo le sirve al productor para financiarse en el último tramo del año, cuando ya tiene casi todo el maíz y la soja vendidos.
Según datos de la Bolsa de Cereales de Córdoba, en esa provincia se habían sembrado en esta campaña 2020/21 unas 1,2 millones de hectáreas. Poco menos de la mitad, unas 500 mil, se encuentra en un estado “entre regular y malo”. De no mediar nuevas lluvias como las que cayeron por estos días, las pérdidas en rindes podrían ser muy elevadas.
“En 110 días, en la mayor parte del territorio cordobés llovió menos de 10 milímetros”, explicó el economista de la entidad Gonzalo Agusto. En las últimas horas, por fortuna, hubo alguna descarga de precipitaciones sobre el territorio provincial, de entre 20 y 40 milímetros, aunque en algunas zonas no cayó casi nada.
Todavía no hay proyecciones de esa entidad respecto de la merma en rendimientos, pero cálculos de otras bolsas hablan de bajas de entre 20% y hasta el 50%.
Agusto destacó que el año pasado la cosecha triguera, que fue muy buena, generó ingresos a la cadena por más de 900 millones de dólares. Pero en este ciclo se calcula que podrían caer a 430 millones si la cuestión climática se sigue complicando.
No se trata sólo de lo que se deja de percibir el productor sino de la pérdida de la inversión realizada por hectárea finalmente malograda. En efecto, en el caso de la ecuación trigo/soja de segunda, la inversión por hectárea calculada por la entidad cordobesa es de 576 dólares por hectárea. Eso para obtener un resultado de apenas 2 dólares, siempre que el clima ayude porque la estimación está hecha en base a precios actuales pero con un rendimiento y normal. Ese resultado tiene en cuenta el costo del arrendamiento y todos los gastos antes del descuento del interés por el capital inmovilizado.
El clima seco también podría condicionar la siembra de maíz y soja en esa provincia. Córdoba aportó nada menos que 20 millones de toneladas del cereal en la última cosecha, sobre una producción nacional de 50 millones de toneladas de maíz.
Según Agusto, todo queda sujeto a la llegada de nuevas lluvias, por lo que no se descarta de que en caso de que se demoren el productor se incline más por la implantación de maíz tardío que por la soja de primera, que volvería a perder superficie en esa provincia.
Con los precios actuales y estimando rindes normales, el economista calcula que la soja de primera tendría un margen neto de apenas 4 dólares.
En tanto, en el caso del maíz temprano el salto es enorme, ya que el margen neto esperado se eleva a 134 dólares, aun contemplando el alquiler, si se obtienen buenos rindes en condiciones normales. Finalmente, en el caso del maíz tardío, el resultado esperado por ahora cae a 31 dólares por hectárea.