¿Se detuvo el crecimiento de la ganadería bovina? Qué mejor que preguntárselo a alguien que tiene una mirada global sobre el sector. Aníbal Pordomingo es el coordinador nacional de Ganadería del INTA. Resume con una frase cómo ve la situación actual: “La ganadería de hoy vive más la expectativa que el momento”, afirma.
“Hace un par de años había una reacción positiva y se notaba en la retención de vientres. Pero en el último año este ánimo se planchó bastante. El indicador más fuerte fue el precio de la carne, que se mantuvo muy quieto, porque la relación entre costo y- producto cambió mucho. No es lo mismo producir carne a los valores de insumos de hoy”, describió Pordomingo a los Bichos de Campo.
Sin embargo, el especialista del INTA dijo que “continua la inversión en infraestructura, tanto en corrales como en campos de producción de recría; quizás no con el ímpetu de hace 3 años atrás, pero sabiendo que la ganadería aún tiene espacio”.
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“Si miramos el mercado internacional, notamos que se puede colocar más carne. Hoy resulta lógico hablar de 380.000 a 400.000 toneladas de carne cuando hace un año atrás ni siquiera hablábamos de llegar a 300.000”, explicó el experto sobre el sostenimiento de las expectativas.
Entonces, ¿Estamos pensando la ganadería que queremos?. “Hoy estamos contentos exportando el 50% de nuestra carne a China. Sabemos que la UE paga mejores precios pero no la consideramos tanto. La realidad es que estamos con una ganadería que espera demasiadas señales, cuando debe estar más enfocada en construir mercados. Australia por ejemplo, hace eso. Competir con ese país, nos ayudaría a tener mejor definición en atributos de calidad y homogeneidad. Si hoy quisiéramos exportar el doble de novillo pesado, no podríamos”, explicó Pordomingo.
La Argentina no tiene muchos modelos para elegir, según Pordomingo, “porque no es un país que pueda competir por grandes volúmenes de carne para exportar. Por ende no puede desplazar del mercado a países como Brasil o la India. Lo que tiene que hacer es seguir compitiendo por espacios de calidad. Como ventajas, tiene cierta homogeneidad en la genética, sabe hacer animales de modo rápido, tanto a corral como a pasto; es de los pocos países que quedan con las ganaderías pastoriles eficientes, de buena capacidad de conversión de pasto a carne”, añadió.
Pordomingo declaró que “Argentina no debería perder su plataforma de productos diversos, pero tiene que encontrar la forma de dibujar sus mercados, de detectarlos y protegerlos, manteniéndose competitiva. No estamos en la situación de que hoy nos vengan a buscar. Si miramos el negocio en función de los volúmenes, se negocia no más del 10% de lo que se produce. Por eso son tiempos para generar buenos negocios y diversificar y hacer madurar productos”.
¿Y el mercado interno? ¿Merece alguna revisión? “En este mercado se debería trabajar sobre un mito, que es el hecho de que el consumidor -entrenado por carniceros y supermercados-, interpreta que la única carne de valor para comer es la de un animal liviano de 300 kilos de faena”, dijo Pordomingo.
“Esa es una percepción muy errada; un novillo de 2 años de 500 kilos puede ser más tierno que uno de la misma edad con 300 kilos. Lo que ocurre en realidad, es que un animal muy joven y liviano permite un manejo de menores costos desde el momento de la faena, pero juega en contra de lo que es producir más carne por animal nacido. Pensemos que la carne en el mundo se mueve en cajas y por cortes, y no en medias reses. Esa es la lectura que debería hacer el mercado interno”, subrayó el experto.