Ángel González es capataz de Campos y Ganados, una de las más de cuarenta casas consignatarias que trabajan en el ámbito del Mercado de Hacienda de Liniers. Cierra 2019 y arranca el 2020. Se van agotando los plazos hacia la mudanza definitiva de este tradicional centro ganadero, con todo lo que eso significa. Pasa el tiempo. Ángel lo sabe, aunque el tiempo no parece pasar a través de él.
González es un resero. Tan resero como el “Cuñao” Cabañas, que trabajaba en una de las estancias de la familia Solanet, en Ayacucho, y sirvió de modelo humano para que al escultor Emilio Jacinto Sarniguet pudiera hacer el Monumento al Resero, que está emplazado en el acceso al viejo mercado de hacienda, en el barrio de Mataderos. La obra es toda de bronce y enaltece a una ciudad de Buenos Aires que hace varios años prohibió el ingreso de animales en pié a su perímetro, casi avergonzada del mercado que le dio de comer tan bien durante tantos años.
¿Se mudará ese monumento presentado en 1932 a Cañuelas, donde se construye un nuevo Mercado Ganadero? No se sabe todavía. Le preguntamos a González qué hará él y nos contestó sin dudar que seguirá trabajando en el nuevo mercado, que ya no tendrá corrales de tablones de madera sino de caños.
Hay algunos cientos de reseros trabajando todavía en el Mercado de Hacienda de Liniers. Son todavía tantos que hasta tiene su sindicato. Los hay peones y capataces, como Ángel. A él le llevó diez años pasar de categoría. Lleva 40 años trabajando en el mercado de Mataderos y sus dos hijos ahora también lo hacen, en diferentes casas consignatarias. Todos, sin dudar, migrarán hacia Cañuelas.
Mirá la entrevista completa con el resero Ángel González:
-¿Cuál es la tarea de un capataz?
-Uno recibe la hacienda a la noche, de un día para el otro. Y a las siete de la mañana ya tenés la hacienda preparada , clasificada. Uno divide las jaulas por categoría, y deja todo listo para el remate.
-Siempre a caballo…
-Acá se trabaja todo a caballo. Al caballo Dios siempre lo hizo para trabajar con el vacuno. El vacuno lo respeta al caballo. La vaca no se altera ni se pone nerviosa.
El trabajo de los reseros comienza el día anterior a los remates, a eso de las 6 de la tarde, cuando comienzan a llegar los camiones cargados de ganado. “Laburamos toda la noche para que al otro día el patrón se encuentre con el laburo bien hecho y todo bien preparado y acomodado, listado por kilaje y categoría”, nos explica Ángel.
Parece primitivo, una postal de épocas que han quedado atrás. Pero este paisano está más que convencido de los modos que ha elegido para vivir.
Nos explica: “Para nosotros es un orgullo laburar en el Mercado de Hacienda. Hoy en día mucha gente no dice ni buen día ni buenas tardes. Acá en el mercado se dice buen día, buenas tardes y permiso, como era antes”.
-¿Se perderán muchas cosas con la mudanza a Cañuelas?
-Yo pienso que no se pierde nada. El hombre que defiende a su familia quiere siempre ir para adelante. Y sabe que se corre a otra instancia para mantener a su familia y el respeto que los patrones nos tienen a nosotros. Yo calculo que se va a seguir trabajando igual. Cuando uno va para adelante no hay nada que no se pueda vencer. Y el paisano siempre va para adelante.
Ángel González se despide de nosotros no sin antes confesar que “alguna lágrima” va a derramar el día que tenga que dejar de ir a Mataderos a trabajar. Nosotros lo despedimos con esta milonga de Don Enrique Barrionuevo, más conocido como “El resero de Mataderos”.