Los datos relevados por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires en su informe sobre la incorporación de tecnología por parte de los productores indican que en la campaña 2019/20 se habían destinado a la siembra de cultivos de cobertura apenas 350 mil hectáreas.
Esa superficie significa apenas el 1% por ciento del área agrícola total y una cantidad baja en función de la buena prensa que vienen teniendo los cultivos de servicio desde hace ya varios años. Por esa razón, Bichos de Campo consultó al ingeniero agrónomo Andrés Madías coordinador técnico zonal del sistema Chacras de Aapresid.
“El dato pareciera poco alentador, pero por otro lado ese mismo informe señala que la cantidad de productores viene creciendo de forma constante y que el 19% viene adoptando la tecnología. Desde Aapresid vemos que quienes la incorporan la mantienen y que el potencial de crecimiento está y se va a dar”, indicó el especialista.
Escuchá la nota con Andrés Madías:
Madías explicó que los productores que adoptan los cultivos de cobertura “apuntan más al largo plazo, porque es una tecnología que da un servicio como control de malezas. Pero el gran aporte lo hace después de varios años de rotaciones, ya que modifican la calidad de la estructura del suelo”.
Sobre quienes recorren este sendero, agregó que “son también aquellos que incorporan otro tipo de tecnologías, como criterios de fertilización. También se nota una mayor tendencia a la adopción en productores con campo propio, en los sistemas de arrendamiento se limita su incorporación”.
Respecto de las variedades de cultivos de servicio disponibles, el ingeniero de Aapresid destacó a la vicia villosa como la leguminosa más utilizada, aunque según las regiones hay alternativas de muy buenos resultados como el merilotus en el norte.
Entre las gramíneas, en ambientes más restrictivos de agua predomina el centeno, pero las avenas ganan en regiones más húmedas. “Hay productores que usan ambas, tanto centeno como avenas. Las tres especies (sumando a la vicia) son las que más se destacan, pero hay muchas más. El abanico es enorme” dijo Madías.
Con relación a los resultados conocidos hasta el momento, el experto dijo que “en producciones de mediano y largo plazo son muy interesantes en cuanto a reducción del número de aplicaciones de fungicidas y herbicidas, lo que baja costos y lo hace más amigable con el medio ambiente”.
Además, explicó que la siembra de estas especies ayuda a mejorar las cosechas de los cultivos de verano. “Los de cobertura mejoraron la producción de los de verano”.
También hay beneficios en el corto plazo. “En lo que refiere a control de malezas y reducción de costos de herbicidas se acotan las ventanas temporales de emergencia de malezas y se reduce el uso de herbicidas. Cuando se usan leguminosas hay beneficios por el lado del nitrógeno y podemos prescindir de la fertilización nitrogenada o reducir las dosis, ya que parte lo aportó el cultivo de invierno”.
-¿Si tantos beneficios traen estos cultivos de cobertura o de servicio, por qué entonces no ocupan una superficie mayor o son más los productores que lo incorporan?
-Pasan dos cosas. Hay un tema de costos. El que se quiere meter lo tiene que ver como inversión de mediano y largo plazo. Y parte de esto tiene que ver con el sistema de producción basado en un alto porcentaje en arrendamientos. Por otra parte, los de servicio son cultivos a los que no le vamos a pedir una renta directa, con lo cual es importante todo lo que tenga que ver con hacer su manejo, ir a paso firme y, de a poco, para ir conociendo su manejo y escalando en su adopción en el tiempo.
Quisiera dejar una consulta, p el Ing. Madías, o cualquier otro profesional, especializado, en cultivos de cobertura:
– Donde es, o donde encuentran, el punto de equilibrio (si es que cabe esta frase), entre, los beneficios explicados de ésta técnica, vs el consumo extra, de nutrientes, muy especialmente, agua, que “tendría” el suelo de ese lote, y que quizás, en determinados casos, le puedan faltar, al cultivo implantado con fin comercial. ??
Esta consulta se me genera, a partir de, por un lado, la teoría de que todo tipo de vegetal consumirá recursos del suelo, pero por otro lado, el caso de un colega productor, que viene realizado ésta práctica desde hace algunos años (entiendo qué, con resultados positivos), y esta última campaña, de maíz, en este caso, notó que el/los lote/s cosechados con, cultivos de cobertura previo, le rindieron considerablemente menos, que los lotes hechos de forma estándar y, a sabiendas que hubo en la zona, un periodo de escasez hídrica, este colega, considera, u opina, que el diferencial de rinde se debió al consumo extra de agua, que tuvo el lote con cultivo de servicio.
Me resultaría de gran utilidad, el comentario, opinión, o explicación, del/ los especialista/s. !!
Muchas gracias.